Vinculan el incidente de Yeonpyeong con la sucesión de Kim Jong il

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El ataque norcoreano a la isla de Yeonpyeong, situada en el Mar Amarillo y parte de Corea del Sur, ha tensado aún más las relaciones entre las dos Coreas y ha provocado que la atención internacional se centre en esta parte del planeta. La magnitud de la crisis es tal, que muchos no descartan un enfrentamiento bélico. Pero ¿cuál ha sido el motivo de dicho ataque desencadenante de la crisis?

Estados Unidos parece tenerlo claro. El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, ha vinculado el ataque norcoreano con la sucesión que se avecina en la dinastía comunista, donde el actual dirigente, Kim Jong il , planea ceder el bastón de mando a su hijo menor Kim Jong un.

En declaraciones a televisión, Mullen indicó que el gobierno estadounidense trabaja con sus aliados sobre la mejor forma de responder a este nuevo suceso en la península de Corea.

Después de que Kim, de 68 años de edad, sufriera un derrame cerebral el pasado mes de agosto, el régimen norcoreano ha realizado numerosos movimientos que apuntan a su hijo menor como su sucesor virtual, aunque todavía no ha sido designado oficialmente.

Muestra de ello fue el desfile militar que se celebró el pasado 10 de octubre con motivo del 65º aniversario del Partido de los Trabajadores, en el que el joven apareció en la tribuna de autoridades junto a su padre. Varios medios internacionales recibieron una inédita invitación de Pyongyang para cubrir el acto.

El papel de China

Sin embargo, el jefe del Estado Mayor no dudó en calificar de “muy importante” que China lidere estos acercamientos entre las dos partes, ya que es “el único país que tiene influencia en Pyongyang”. “Su liderazgo es completamente clave”, agregó Mullen.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, negó que el régimen norcoreano prepare una campaña militar amplia y apuntó que la acción de esta semana es un “acto premeditado”. “Sin entrar en asuntos de Inteligencia, no vemos que Corea del Norte esté preparándose para una confrontación militar”, agregó en rueda de prensa.

Al igual que Mullen, Crowley también recordó que China es “clave” para generar cambios “en una dirección diferente” en Corea del Norte. Consideró que Pekín “tiene influencia” y puede utilizarla para “reducir las tensiones” en la zona y, posteriormente, que Pyongyang avance hacia la “desnuclearización”.

Por su parte, el gobierno de China ha instado a las dos Coreas a “la calma y la contención” y a iniciar conversaciones lo antes posible con el fin de evitar una escalada de tensiones.

El comunicado del portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei, es la primera respuesta oficial de Pekín al ataque contra Yeonpyeong. Al contrario que el resto de países de la región, China no condenó a Corea del Norte por lo sucedido.

“China se toma este incidente muy en serio y expresa su dolor y pesar por la pérdida de vidas y propiedades y nos sentimos angustiados por los acontecimientos”

, afirmó Hong en el mensaje colgado en la Web del Ministerio.

“China insta firmemente tanto a Corea del Norte como a Corea del Sur a que mantengan la calma y la contención y a que tan pronto como sea posible inicien un diálogo y contactos”, añadió el portavoz, que aseguró que Pekín “se opone a cualquier acción perjudicial para la paz y la estabilidad” de la Península.

La tensión continúa

Mientras desde el exterior se confía en una vuelta a la calma, las partes implicadas justifican su postura. En Corea del Sur, el ministro de Defensa, Kim Tae young, consideró que el ataque del Norte forma parte de una estrategia del régimen de Kim Jong il para fortalecer su control sobre la población en el marco del proceso de sucesión.

“Vemos esto como una acción cuidadosamente planeada y dirigida a fortalecer su control doméstico durante el periodo de sucesión en el poder”

, dijo el ministro surcoreano en una intervención parlamentaria, suscribiendo así la versión de EEUU.

Por su parte, el gobierno de Corea del Norte ha asegurado que las “provocaciones militares” de Corea del Sur y la suspensión de la ayuda humanitaria han colocado a la península coreana “al borde de la guerra”, según informó la agencia estatal KCNA.

“Con su política de confrontación”, prosiguió KCNA, Seúl está “haciendo descarrilar el proceso de mejora de las relaciones intercoreanas, impidiendo las conversaciones entre las dos Coreas patrocinadas por Cruz Roja y llevando la situación al borde de la guerra”.

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