¿Qué pasa en Palacios Alimentación?

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¿Es la ley del silencio la que impera en la plantilla de trabajadores de Palacios Alimentación? Según Jaime Calvo, secretario de Acción Sindical de la Unión Sindical Obrera (USO), no hay ninguna duda. Y es este sindicato uno de los más beligerantes contra las “tropelías” que se cometen en Palacios Alimentación, una de las empresas más importantes de toda La Rioja.

De hecho, ya han presentado 45 denuncias ante Inspección de Trabajo que dejan en evidencia “las muchas imprudencias que se comenten en la planta pues la dirección no trata bien a los trabajadores”. 45 denuncias que delatan los 130 despidos en un año, la contratación temporal que se viene llevando a cabo desde hace tiempo, los cambios de turno con una llamada de teléfono -según Calvo, el trabajador que se niega a cambiar el turno es despedido fulminantemente- las presiones a los empleados para que eviten estar de baja médica o para que acepten el alta sin estar completamente recuperados desde la Mutua Universal. “Pero esto es muy difícil de demostrar” dice el representante sindical, “vienen a mi despacho muchos trabajadores, me cuentan lo que pasa pero cuando les digo que tienen que denunciar, se echan atrás porque saben que serán despedidos”.

Junto a USO está CCOO de La Rioja, aliados en esta guerra sin cuartel contra la dirección de Palacios Alimentación. La primera batalla comenzó cuando USO consigue ser mayoría en el Comité de Empresa hace cuatro año y Jaime Calvo, que actualmente lleva cinco años trabajando allí, es elegido presidente del Comité de Empresa de Palacios Alimentación, José Antoni Cabellero. En varias ocasiones acude a los medios e comunicación denunciado la situación de los trabajadores. En 2008, los sindicatos denunciaban la imposición por parte de Embutidos Palacios de un turno de 48 horas durante 14 semanas al año para los que 190 empleados que fabricaban pizzas en la planta de Palacios.

Era el primer asalto porque tras las denuncias a Inspección de Trabajo el Comité de Empresa desvela una serie de datos económicos de Palacio Alimentación. Calvo resalta que esos datos son públicos y accesibles para cualquier que pague 8 euros en el Registro Mercantil. Los datos reflejaban una bonanza en las cuentas de la empresa que se repartía entre los accionistas. Millones de euros destinados a gastos de personal, dietas o gestiones de venta -en 2009 Palacios Alimentación fue comprada por Proa Capital-, o retribuciones a los miembros del Consejo de Administración y reparto de beneficios entre los accionistas que se cargaban la reserva de la compañía. “Esta es una situación legal pero que a la hora de repasar el ratio de beneficios, dirán que no es bueno y ello repercutirá en los trabajadores” advierte Calvo.

Si la relación entre Caballero y Palacios Alimentación nunca fue buena, eso fue la gota que colmó el vaso

. El pasado día cinco de este mes le comunicaron que estaba despedido. La razón que argumentan es que al hacer públicos los números de la empresa, perjudicó la imagen y el buen nombre de la empresa. Para USO es una violación de dos derechos constitucionales fundamentales: el derecho sindical y la libertad de expresión. Para el sindicato lo que pretende Palacios es quitarse de encima una persona incómoda de cara a las próximas elecciones que tocan ahora en febrero de 2011.

Palacios Alimentación también ha hablado. En un comunicado desmiente las acusaciones de USO e insiste en que aplicó el convenio colectivo que está en vigor. Además insiste en que Caballero ha podido acceder a las instalaciones la mañana de ayer y que en ningún momento se le han negado la entrada. Por su parte, Calvo ha sido contundente en su respuesta. “En ningún momento hemos dicho que hoy no haya podido entrar en Palacios, sino que le negaron la entrada el pasado viernes por lo que ya existe interpuesta una denuncia de tutela. Hace 15 días ganamos otra denuncia de este tipo”.

Palacios lamenta la judicialización de las relaciones laborales que se ajustan “a la legalidad vigente”.

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