Pakistán va mejorando, pero sigue habiendo desplazados

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La situación que viven millones de paquistaníes tras las graves inundaciones que sufrieron hace unos meses sigue siendo motivo de preocupación entra las ONG y en el seno de la propia Naciones Unidas, quien ha realizado varios llamamientos a la comunidad internacional para movilizar la ayuda.

Aunque el país hace pequeños avances en la actualidad, la verdad es que la necesidad de ayuda sigue urgiendo ya que existen miles de personas desplazadas tal como refleja la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

ACNUR asegura que muchos de los damnificados por las inundaciones se ven obligados a desplazarse al haberse quedado sin casa y sin medios de subsistencia. El organismo dependiente de la ONU recoge el testimonio de Mohammad Achar quien ha perdido su arrozal, su única fuente de ingresos.

“El agua barrió con todo: la cosecha, la casa, los animales”, comenta. Su aldea, situada a unos 150 Km de la ciudad portuaria de Karachi, en la provincia de Sindh, está comenzando a emerger, pero se necesitan 40 minutos de lancha para llegar desde la ruta más cercana. “No sé qué hacer. Me gustaría reconstruir, pero oigo decir que podría haber nuevas crecidas”.

Mohammad tiene cuarenta y un años y es uno de los miles de damnificados de Sindh alojado en los campos transitorios que ACNUR acaba de levantar para hospedar a los desplazados por segunda vez, es decir, a todos aquellos que se vieron obligados a abandonar las escuelas en las que se habían refugiado cuando, hace dos meses, sus viviendas desaparecieron bajo las aguas. Otros miles de desplazados viven en campos improvisados en puntos elevados o a la orilla de un camino.

Al tratar de volver a la aldea, Mohammad comprobó que las zonas rurales seguían aisladas porque la inundación había borrado los caminos. Y como miles de campesinos de la provincia se instaló con su familia en un campamento improvisado lo más cerca posible de su casa. Sólo recientemente ha podido cambiarse a una de las tiendas de campaña de ACNUR. “Estamos contentos de vivir en estas tiendas que han instalado en nuestra zona. La escuela estaba muy sucia, mientras que el campo es limpio y está bien administrado”, dice.

En Kundan, uno de los ocho campos inaugurados últimamente por ACNUR para reemplazar a los asentamientos improvisados por los habitantes de la zona de Jati, viven actualmente unas 70 familias (250 personas). Ahora que las tiendas están instaladas, ACNUR y sus socios trabajan para mejorar la distribución de agua, el saneamiento y otros servicios. Otros diez campos se han levantado hacia el norte y hay varios más en construcción.

Cuando ven que es imposible volver a sus casas, la mayoría de los desplazados prefiere no alejarse demasiado. “Las familias resisten mejor cerca de sus hogares, rodeados por parientes y vecinos”, explica Emmanuel Gignac, Coordinador de Emergencias de ACNUR. “Así les es más fácil decidir si ha llegado el momento de regresar, levantar la tienda y ponerse en marcha”.

Desgraciadamente, el caso de Mohammad no es el único, como él miles de personas en Pakistán tratan de sobrevivir aún con el miedo de que nuevas inundaciones vuelvan a llevarse su vida por delante.

Imágenes cedidas por ACNUR

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