Filipinas reconoce que su equipo de asalto estaba mal entrenado

Europa Press

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La Policía de Filipinas ha reconocido que el equipo de asalto que intentó rescatar a los quince rehenes que se encontraban en el autobús secuestrado ayer por un ex policía en Manila estaba mal armado y entrenado y ha ofrecido sus condolencias a los familiares de las ocho víctimas, todos ellos turistas de Hong Kong.

En un comunicado, la Policía Nacional ha admitido que su grupo de mando ha detectado “algunas observaciones y defectos” en la gestión del secuestro de ayer, incluido “el inadecuado entrenamiento y la competencia del responsable del equipo de asalto” así como “la inadecuada capacidad, cualidades, material y planificación del equipo de asalto”.

Asimismo, en el comunicado, la Policía admite que tampoco se llevó a cabo una buena negociación con el secuestrador ni se gestionaron bien cuestiones que pudieron haber afectado al ex agente, así como un mal control de la multitud de curiosos que se congregó en el lugar de los hechos y la falta de comunicación con la prensa.

Previamente, el ministro del Interior, Jesse Robredo, había reconocido también que tanto la Policía como la prensa cometieron errores en la gestión y cobertura del trágico secuestro. “Creo que la Policía podría haberlo hecho mejor; creo que debería haber una acción coordinada y que el comandante sobre el terreno debería haber reunido a todos los periodistas que cubrían la información y haberles dicho que los rehenes eran la primera prioridad”, ha señalado en una entrevista a la emisora dzMM.

En opinión del ministro, los medios se equivocaron al hacer una cobertura en directo del secuestro que el propio secuestrador pudo seguir mediante la televisión y la radio que había en el interior del autobús.

Además, la Policía “debería haber pedido a los medios que limitaran su cobertura” para facilitar su actuación pero “el secuestrador podía ver lo que estaba ocurriendo en la televisión”. “Quizá deberíamos revisar el protocolo no sólo de la Policía sino también de los medios”, ha considerado.

Por otra parte, Robredo ha indicado que su Ministerio junto con el de Justicia han creado un equipo de trabajo para investigar el secuestro. El primer paso en la investigación, dijo, será la autopsia que se realizará al secuestrador, abatido por un disparo en la cabeza de un francotirador del Ejército.

Asimismo, se llevarán a cabo análisis balísticos para verificar la posibilidad de que alguno de los rehenes fallecido resultara alcanzado por los disparos de los agentes en el interior del autobús. Según el ministro, se informará al Gobierno chino de los resultados de la investigación.

En opinión del ministro, la intervención del hermano del secuestrador, un policía en activo, cambió el curso de los hechos. “Estaba en el lugar de los hechos e incluso intentó acercarse al autobús con una pistola. Creo que le deberían haber detenido o que le deberían haber permitido hablar con su hermano por teléfono”, consideró Robredo.

Según el ministro, “el tiroteo comenzó” cuando el secuestrador vio por televisión que los policías se estaban llevando a su hermano. En este sentido, dijo que todavía no ha conseguido aclarar quién dio la orden de que éste fuera trasladado a una comisaría. Sin embargo, según el teniente alcalde de Manila, Isko Moreno, la Policía decidió el traslado para evitar que éste siguiera agitando la situación.

Precisamente, esta mañana la Policía de Distrito de Manila presentó cargos contra el hermano del secuestrador por conspiración para cometer detención ilegal, según informa la emisora dzMM.

Por otra parte, la Defensora del Pueblo, Merceditas Gutierrez, ha informado hoy de que ofreció al secuestrador la revisión de su caso de expulsión por extorsión de la Policía en 2008 en un plazo de diez días con el fin de que acabara el secuestro. El secuestrador, Rolando Mendoza, había reclamado su reinserción en el cuerpo a cambio de los rehenes.

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