Los primeros 79 gitanos indocumentados abandonan Francia
Los primeros 79 gitanos que han sido enviados a Rumanía han aceptado recibir 300 euros por abandonar el país, si son adultos y 100 euros si son menores de 18 años. Pese a las críticas que ha recibido esta decisión por la comunidad internacional, hoy saldrá el primer avión de deportados, al que seguirán otros dos, el próximo día 26 de agosto y a finales de septiembre, hasta intentar devolver a 700 personas a sus países de origen.
El 28 de julio, el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, anunció el desmantelamiento de la mitad de los campamentos existentes en el país en el plazo de tres meses. En el último mes, ya se han desalojado más de 50 instalaciones de este tipo con sus integrantes.
Aun así, según especificó el Ministro de Inmigración Eric Besson en el diario LE PARISIEN, lo que están realizando en Francia “no es expulsión”, ya que antes de la deportación los gitanos búlgaros o rumanos pueden elegir el abandono voluntario.
El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores Bernard Valero, asegura que esta expulsión “es legal” pese a que la Comisión Europea advirtió a París que “debía respetar la libre circulación de ciudadanos comunitarios”. Valero respondió a estas declaraciones afirmando que “la directiva restringe esa libertad por causas de orden público, seguridad e higiene”.
En cuanto a la ficha de control, cada persona deportada se someterá a un control de identificación ante la Gerndarmería francesa. Este trámite consiste en que la policía les tomarán las huellas digitales de los diez dedos de ambas manos, una fotografía de frente, perfil y trasera de medio cuerpo y cuerpo entero.
Los datos de cada “inmigrante ilegal expulsado”, como se expresa el Ministerio del Interior, serán digitalizados e informatizados en un fichero interno de la policía y esto servirá para que en el caso de que vuelvan a Francia, no se beneficien de subsidios o ayudas públicas en el caso de que regularicen su situación con permisos de trabajo.
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