El mejor año hidrológico del siglo

El año hidrológico que abarca del 1 de octubre de 2009 al 30 de septiembre 2010, se cierra el presente ejercicio con niveles normales aunque no se descarta un ligero déficit a finales de septiembre. El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Ángel Rivera, ha declarado que en el verano, que está siendo muy seco, se está “viviendo de las rentas” de las lluvias acumuladas, sobre todo en invierno.

El superávit de lluvias actual es de un 23%, éste porcentaje se refiere al balance hídrico que registra 729 litros por metro cuadrado, cuando lo normal para esta fecha serían 590 litros. Rivera ha señalado que este año terminará con las reservas de agua al 100% o un poco por debajo, dependiendo de lo que llueva en septiembre.

2010, el año de las lluvias

A falta de un mes para cerrar el año hidrológico la presente temporada apunta unos resultados similares a los períodos 2006 – 2007, cuando se registró un superávit del 2%. Mejores fueron los años 2002 – 2003 con un 15% de superávit o 2003 – 2004 donde el excedente de agua llego al 10%.

Por otro lado, los peores años de este siglo han sido 2004 – 2005, cuando se registro un 40% de déficit, es más, ese fue el año más seco desde la década de los 40 del siglo XX. Por su parte, el ejercicio 2005-2006 culminó con un 11% de déficit, 2007-2008 se cerró con un 11% de carencia y 2008-2009 con un 12% por debajo de lo normal.

Las zonas de abundancia y escasez

El mapa de precipitaciones en España registra un superávit de lluvias, de hasta un 150% en las zonas de Andalucía, sur de Extremadura y algún pequeño sector del sur de Castilla y León. Asimismo, toda la vertiente atlántica tiene un superávit en mayor o menor media.

Por otro lado, la vertiente mediterránea es la que presenta un mayor déficit, especialmente, la Comunidad Valenciana, algunas zonas de Murcia y buena parte del sur de Aragón y Cataluña.

Estos datos muestran que, a pesar de las abundantes reservas de agua de este año, no se pueden dejar de lado las conductas responsables en el consumo. En los últimos ejercicios ha habido sequías importantes y, por ello, conviene no derrochar el excedente que en años lluviosos como el actual, puede acumularse.