Racismo, desatención y pobreza

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Con motivo del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, Naciones Unidas ha dado a conocer las condiciones a las que se enfrentan estas comunidades en pleno siglo XXI. Así el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, ha destacado que las poblaciones indígenas siguen sufriendo racismo, poca atención a la salud y pobreza desproporcionada.

Según Ban, en muchas sociedades, la religión, la lengua, y las tradiciones culturales de esos pueblos continúan siendo estigmatizadas y rechazadas.

En algunos países, esas personas tienen 600 veces más posibilidades de contraer tuberculosis que el resto de la población. En otras naciones la expectativa de vida de un niño indígena es de 20 años menos que la de un menor no indígena, dijo Ban al citar un informe de Naciones Unidas.

Por otro lado, Ban destacó la riqueza de estas poblaciones indígenas, quienes conservan una vasta cantidad de cultura histórica de la humanidad, hablan la mayoría de los idiomas del mundo, heredaron y transmiten una riqueza de conocimientos artísticos, y tradiciones religiosas y culturales.

Ante esta realidad, el secretario general llamó a los gobiernos y a la sociedad civil a cumplir con su compromiso de mejorar el estado de esos pueblos en todo el mundo.

Sin embargo, este compromiso tiene un largo camino por delante pues según ha afirmadola Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, aún existe una amplia brecha entre los principios de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la realidad.

Pillay ha señaldo que esos pueblos continúan sufriendo discriminación, marginación en áreas como la salud y la educación, además de una extrema pobreza, desplazamientos de sus tierras tradicionales y exclusión de los procesos de toma de decisiones.

Para Pillay resulta especialmente desconcertante que quienes trabajan por corregir esas injusticias sean muy a menudo perseguidos por su labor en defensa de las garantías fundamentales.

La Alta Comisionada urgió a los gobiernos a centrar sus esfuerzos en los derechos y la dignidad de los que más sufren. “Esto requiere cambiar prácticas, pero también mejorar las leyes e instituciones existentes puesto que sin ellas los avances no son sostenibles”, subrayó Pillay.

Por su parte, el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas, James Anaya, indicó que las poblaciones autóctonas son las más pobres entre las pobres, ubicadas al margen del poder y, en muchos casos, ignorando sus derechos básicos.

Sin embargo, agregó Anaya, han preservado generación tras generación una extraordinaria riqueza cultural, conocimientos y espiritualidad, los cuales han contribuido al bien común de la humanidad.

Subrayó que la implementación de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de estos pueblos se traducirá en justicia histórica y en el avance de los principios de igualdad, autodeterminación y respeto por la diversidad.

Comunidades en peligro

El trabajo por las comunidades indígenas está liderado por varias asociaciones que no sólo reclaman la ayuda de la sociedad, sino que también denuncian los casos de violación de los derechos fundamentales de estas comunidades. Una de estas organizaciones es Survival International , quien acaba de publicar un nuevo informe acerca del “impacto devastador que el espectacular boom que vive la construcción de presas hidroeléctricas tiene sobre los pueblos indígenas”.

A través de casos reales de Asia, África y América, el informe de Survival, Presos del desarrollo, expone el coste oculto de obtener electricidad verde por medio de grandes presas hidroeléctricas.

“Hoy en día asistimos a un rápido incremento global en la construcción de presas.

Sólo el Banco Mundial destinará once mil millones de dólares a la construcción de 211 proyectos hidroeléctricos en todo el mundo“, señala la organización.

“El impacto sobre los pueblos indígenas es profundo.

Los indígenas amazónicos enawene nawe se han enterado de que las autoridades brasileñas proyectan construir 29 presas en sus ríos. A lo largo y ancho de la Amazonia, los territorios de cinco pueblos indígenas no contactados se verán afectados“ subraya Survival.

Como el caso de los indígenas amazónicos existen varios, “el pueblo indígena penan de Sarawak se enfrenta a ser expulsado de sus tierras para dejar paso a una presa, y otros pueblos indígenas de Etiopía podrían verse forzados a depender de la ayuda alimentaria si no se paraliza la construcción de una presa en el famoso río Omo”, afirma Survival.

Por otro lado, la organización aplaude la condena realizada por Maude Barlow (ex asesora de Naciones Unidas para temas de agua, ganadora del Premio Nobel Alternativo y fundadora de Blue Planet Project) a la negativa del gobierno de Botswana a permitir que los bosquimanos accedan al agua.

“La semana pasada, la Asamblea General de la ONU declaró que toda persona, en cualquier lugar, tiene derecho al agua”, dijo Barlow. “Pero ahora el mundo es testigo de cómo uno de los países más prósperos de África niega a sus habitantes originarios el derecho a excavar un pozo, mientras promueve la minería y alojamientos para safaris a pocas millas de distancia. Es difícil imaginar una forma más cruel e inhumana de tratar a la gente. Una sólo puede concluir que las autoridades de Botswana ven a los bosquimanos como algo menos importante que a los animales salvajes. Mucha gente en todo el mundo se quedará horrorizada ante lo que ven”, subrayó la antigua asesora de la ONU.

Imágenes cedidas por: Survival International

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