La tensión persiste en la Línea Azul

Rioja2

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Tras un día de aparente calma, sin enfrentamientos armados, la tensión parece continuar entre Israel y Líbano. El enfrentamiento del pasado martes, en el que murieron tres libaneses y un israelí, en la zona de la frontera común denominada Línea Azul, parece no acabar con la investigación de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL, o FINUL por sus siglas en español).

UNIFIL respalda la versión dada por el Ejército israelí,

quien afirma que sus soldados se encontraban en la zona de la Línea Azul que corresponde a Israel, cortando un árbol. Sin embargo, esta respuesta parece no bastar al gobierno israelí. El primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, ha dicho que Israel considera a Líbano y al movimiento palestino Hamas responsables de los ataques contra su territorio ocurridos esta semana y ha amenazado con dar una respuesta contundente a la violencia.

“Quiero dejar claro a Hamas y al gobierno libanés que les consideramos responsables de la violenta provocación a nuestros soldados”, dijo Netanyahu en un discurso televisado. “Nuestra política es clara, Israel responde y seguirá respondiendo con fuerza a cualquier ataque a sus ciudadanos y sus soldados”, advirtió.

“Quiero dejar claro que el uso de un territorio perteneciente a un tercer Estado, que busca la paz, para lanzar cohetes a Israel no ayudará a Hamas a eludir su responsabilidad”, añadió. Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, ha negado su implicación en el ataque perpetrado desde Egipto el pasado lunes.

Desde el Líbano, el gobierno parece no aceptar la investigación realizada por UNIFIL e insiste en la versión dada por sus propios soldados. Así, el ministro de Información de Líbano, Tareq Mitri, ha afirmado que los soldados israelíes con los que sus militares mantuvieron este martes un enfrentamiento, estaban al sur de la Línea Azul, pero que esa zona es territorio libanés.

Todo comenzó cuando un grupo de soldados israelíes utilizó una grúa para alcanzar una valla fronteriza y poder podar un árbol cuyas ramas, según el Ejército israelí, estaban activando los dispositivos electrónicos de la valla que detectan posibles infiltraciones. De acuerdo con su versión, los militares se encontraban en todo momento en Israel y el árbol estaba al sur de la Línea Azul.

Un alto mando del Ejército libanés admitió que éste había sido notificado de que los israelíes iban a llevar a cabo esa actividad, que Líbano aceptó con la condición de que fuese supervisada por UNIFIL, algo que, según dijo, no se hizo. El comunicado emitido este miércoles por UNIFIL no precisa nada respecto a esta cuestión.

Este miércoles, el Ejército israelí volvió a trasladar la grúa hasta la zona fronteriza

para continuar con la poda de varios árboles. Los militares libaneses se desplegaron a una cierta distancia mientras las tropas de UNIFIL patrullaban la localidad fronteriza de Adaisseh.

El comandante libanés Jean Kahwaji visitó la zona y aseveró que los soldados israelíes ignoraron el martes las objeciones de la fuerza de paz de la ONU y del Ejército libanés. A los militares libaneses les dijo “vuestra valiente postura frente al enemigo traicionero [...] le ha demostrado que cualquier agresión contra nuestro pueblo y nuestra tierra tendrá un precio”.

Sin embargo, para Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, las conclusiones de UNIFIL confirman la versión de Israel de que el ataque del Ejército libanés “no fue provocado y fue injustificado”.

Hay que recordar que Líbano e Israel aún no se han puesto de acuerdo respecto a qué país pertenecen ciertas partes de la línea de separación.

La intervención de la ONU

Por su parte, Naciones Unidas parece confiar en la futura calma entre las dos partes. Según el comandante de UNIFIL, Alberto Asarta Cuevas, tanto Israel como Líbano han renovado su compromiso con el cese de hostilidades y afirmaron que trabajarán con UNIFIL para asegurarse de que no se registren incidentes de violencia en el futuro.

Al término de la reunión tripartita con representantes de los ejércitos de ambos países, Asarta Cuevas aseguro que “tuvimos un encuentro constructivo en el que les recordé la importancia de respetar la Línea Azul y los urgí a actuar cautelosamente en cualquier movimiento que pudiera percibirse como provocador y que pudiera exacerbar las tensiones en esa zona”.

El comandante también ha señalado que pidió a las partes acudir a la UNIFIL como un mecanismo para aclarar cualquier asunto relacionado con la Línea Azul para minimizar las posibilidades de malos entendidos o situaciones generadoras de tensión.

Por otra parte, Asarta Cuevas informó a los representantes israelí y libanés que UNIFIL lleva a cabo una investigación de los eventos de los últimos días y les presentó sus hallazgos preliminares.

También se ha pronunciado al respecto el Secretario General Adjunto para Operaciones de Paz, Alan Le Roy, quien ha insistido en que la Línea Azul debe ser respetada por ambas partes. “Tanto Líbano como Israel confirmaron al secretario general que pese a sus reservas, la definición de la línea es responsabilidad de las Naciones Unidas y que la respetarán como fue establecida en 2005”, declaró Le Roy.

Detenidos por espiar para Israel

Sin embargo, este altercado que han tenido los Ejércitos libanés e israelí en la frontera no es lo único que podría enfrentar a ambos países. Según ha informado una fuente de las fuerzas de seguridad, un alto mando del Ejército libanés, un miembro de un partido político cristiano y un empleado de una empresa de telecomunicaciones han sido detenidos en Líbano por, presuntamente, haber espiado para Israel.

Los sospechosos fueron arrestados en distintas operaciones que llevaron a cabo las fuerzas de seguridad la semana pasada, declaró la fuente a la agencia Reuters. Los servicios de inteligencia libaneses “no están seguros de si estaban proporcionando información a Israel; por eso les están interrogando”, dijo.

La fuente precisó que el político es además un coronel retirado y que el empleado trabajaba para la operadora telefónica estatal Ogero. Otros dos empleados del sector de las telecomunicaciones, éstos de la empresa pública de telefonía móvil Alfa, han sido acusados de espiar para Israel, un delito que puede ser castigado con la pena de muerte.

Además, dos ciudadanos libaneses han sido condenados a muerte después de ser declarados culpables de cometer ese delito. El presidente de Líbano, Michel Suleiman, ha ordenado que se castigue duramente a los espías y ha advertido de que si recibe un veredicto de pena de muerte lo firmará.

La ola de arrestos comenzó en abril de 2009 como parte de una investigación sobre espionaje que ha llevado a la detención de decenas de personas sospechosas de realizar actividades de espionaje para el Estado israelí, entre ellas, un general de brigada de la Dirección General de Seguridad. Más de 20 personas han sido acusadas formalmente.

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