La locura se desata en Murrieta

Rioja2

0

Los termómetros marcaban 38 grados en la calle Portales de Logroño a las 19.30 horas. Tal vez por el calor que emanaba las banderas y las camisetas bicolor o por la emoción del momento, pero lo cierto es que nadie quería quedarse en casa. Juntos somos más fuertes, así que los riojanos se echaron a la calle, a ocupar terrazas, sillas de plástico o de madera, cerveza en mano o algo fresco para someter el terrible calor, y se pusieron cómodos para disfrutar de una noche histórica y mágica.

Pero por entonces, nadie sabía que España estaba escribiendo su mejor capítulo de la historia del fútbol español. Alguno comentaba que Logroño bien parecía África por las altas temperaturas. Pero se nos olvidó el calor cuando el árbitro pitó el inicio del partido de semifinales de España contra Alemania en el Mundial de Sudáfrica.

Los españoles salieron a ganar desde el minuto uno. Y desde La Rioja se enviaban los mejores ánimos del mundo. En Logroño, muchos ocuparon toda la Plaza del Mercado para ver en una pantalla gigante a los jugadores de La Rioja. Hubo problemas técnicos, pero no importaron porque estaban casi todos: del norte, del sur, extranjeros, españoles cañí, niños, jóvenes y viejos... todos unidos por un mismo color. Es lo que tiene el fútbol: durante 90 minutos no hubo ni derechas ni izquierdas, votantes de uno y otro signo político sufrían juntos, aplaudían juntos y se abrazaban unos a otros (bendito fútbol) cuando Iker, San Iker, paraba balones germanos, cuando Busquets controlaba el esférico como nunca lo ha hecho en su vida y cuando Villa, siempre Villa, maravillaba a la afición por su capacidad de juego y por su trabajo en el campo.

No hubo Barças ni Real Madrid, no hubo Cristianos ni Messis, sólo unos colores por los que suspirar. Y el sufrimiento se vio recompensado en el minuto 73 con un gol de córner de Puyol. Los propios comentaristas templaban la suerte afirmando que España nunca había metido un gol desde esa posición. Se equivocaron, afortunadamente. Y cuando el esférico entró en la portería de los alemanes, todo Logroño y toda La Rioja estalló en un mismo rugido: GOOOOOLLLL, hubo abrazos, besos, lágrimas y sobre todo el sueño de que la copa del Mundial estaba más cerca.

Los descendientes de aquellos españolitos oscuros y bajitos, en su mayoría analfabetos y que trabajan en lo que podían y que emigraban a Alemania –como los que vienen ahora a España- plantaban cara a los dueños de Europa, los alemanes: sin complejos, sin miedo y sin piedad.

La prórroga incluyó 3 minutos de tiempo: tres minutos que se hicieron eternos. Si alguien hubiera hablado de la crisis económica o de la hipoteca, seguro que más de uno no sabría qué contestar. Y es que los problemas se olvidaron la pasada noche. Algunos creen que el fútbol es el nuevo opio de pueblo; pero es mucho más que eso: es una oportunidad para olvidarse de los problemas cotidianos, una evasión para un país bombardeado todos los días con malas noticias, el fútbol como el que hace nuestra Selección no adormece, sino permite soñar.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, la Plaza del Mercado fue una fiesta. Los asistentes cantaban y se abrazan, incluso se escapó alguna que otra lágrima. No lo pensaron ni un minuto y emprendieron el camino hacia la Fuente de Murrieta. La verdad es que en una noche como la de ayer, apetecía y mucho, darse un buen baño en la fuente.

Luego las bengalas, la juerga, los cláxones que se volvieron locos en la Gran Vía, por cierto cortada por la Policía Local y por cierto, también, buena previsión del Ayuntamiento de Logroño por el despliegue policial y médico en las inmediaciones de Murrieta.

El domingo es la gran final y si ayer se desató la locura en La Rioja, el próximo domingo, no nos queremos ni imaginar. Cómo ha cambiado el cuento. Ahí va un homenaje a Machado: Españolito que vienes al Mundial, te guarde Dios, esta Selección Española ha de alegrarte el corazón.

PD: El domingo, seguro que podemos, porque ya no nos para nadie.

Etiquetas
stats