Las FARC y el paramilitarismo presentes en la recta final

Rioja2

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Colombia vive los últimos días de campaña electoral y previos a conocer al sustituto de su actual mandatario, Álvaro Uribe. Los problemas que día tras día golpean al país siguen estando presentes en las jornadas electorales: las amenazas, la violencia, el paramilitarismo y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Las FARC han estado presentes en las campañas realizadas por todos los candidatos presidenciales, al prometerse su eliminación de diversas maneras. Así, el líder del Partido Verde y uno de los favoritos en las elecciones presidenciales, Antanas Mockus, afirma la guerrilla tendría más posibilidades de poner fin al conflicto que mantienen con el Estado de forma negociada con el actual presidente, Álvaro Uribe, que con él si llegara al poder, pues se niega a alcanzar ningún acuerdo con un grupo armado que se declara al margen de la Constitución.

“Las FARC deberían aprovechar estos últimos meses de Uribe para negociar [...] porque claramente Uribe tiene más orientación hacia la negociación de la que tengo yo. Yo opero por principios, para mí si las FARC se declaran fuera de la Constitución es problema de ellos. Imagínese, si una fuerza armada se declara fuera de la Constitución, pues no hay más posibilidad que darle una altísima prioridad a reducir esa fuerza armada a su mínima expresión. Ojalá rendirla”, afirma Mockus en una entrevista publicada en la revista colombiana Cromos.

Mockus describió además otras diferencias que según él le separan de Uribe en su modo de afrontar el problema de las FARC. Así, el líder del Partido Verde afirma que mientras que a él la guerrilla le despierta un sentimiento de “indignación”, Uribe siente “odio” por estos rebeldes, lo que le impide diseñar políticas más efectivas.

“Si yo lo odio a usted, no hay oportunidad, lo que necesito es exterminarlo; pero si yo tengo indignación, yo conservo la esperanza de que usted pueda entender y cambiar [...]

Yo creo sinceramente que Uribe odia a las FARC; las odia, mientras a mí las FARC me llenan de indignación. Me gusta que alguna gente haya entendido que el odio no es la mejor alternativa“, afirma Mockus.

A pesar de ello, no todo son críticas al actual presidente, ya que Mockus alaba y dice compartir ciertas actuaciones en materia de seguridad. “Hay cosas del estilo de Uribe que no voy a heredar, por supuesto, pero la política general de seguridad democrática la heredo y la asumo”, sostiene.

Amenazas

Por otro lado, el candidato a la presidencia de Colombia por la formación izquierdista Polo Democrático, Gustavo Petro, aseguró que ha recibido una notificación por parte la Fiscalía en la que se le advierte de que las FARC planean atentar contra su vida.

Petro informó de que la fiscal de la sección 125 del Ministerio Público colombiano le ha transmitido que existen pruebas para temer por un ataque en su contra, por lo que le ha solicitado que aumente las medidas de seguridad durante todos los actos de campaña que realice hasta las elecciones.

“Tenemos una notificación oficial firmada por una fiscal que nos informa para que tomemos medidas tanto la Policía, como el Departamento Administrativo de Seguridad [DAS], como nosotros”, señaló Petro en declaraciones recogidas por la emisora Caracol Radio.

“No sabemos nada más. Ni cómo, ni cuándo, ni por qué. Es una investigación de la señora fiscal, pero claramente nos informa de que existen pruebas de un posible atentado”, añadió. El candidato aseguró que la información no le sorprendió y dijo comprender ahora por qué las autoridades habían reforzado su esquema de seguridad en las últimas horas.

Petro, al que los sondeos le sitúan en tercera posición con un 6% de los votos,

empatado con la candidata del Partido Democrático, Noemí Sanín, afirmó que pese a las amenazas de las FARC continuará adelante con su campaña.

Paramilitarismo

Los vínculos de personajes relacionados con el mundo de la política colombiana con el paramilitarismo sigue saliendo a la luz pública. Santiago Uribe, el hermano menor del presidente de Colombia, ha sido relacionado con un comando paramilitar colombiano responsable de haber perpetrado numerosos asesinatos a mediados de los noventa por parte de un antiguo colaborador de este grupo, informa el diario The Washington Post.

El periódico cita el testimonio del antiguo comandante de policía Juan Carlos Meneses, que confesó en un vídeo haber colaborado a mediados de los noventa con un grupo paramilitar dirigido por Santiago Uribe que habría asesinado a un número no determinado de drogadictos, pequeños delincuentes y sospechosos de colaborar con las FARC en el departamento de Antioquia, que Álvaro Uribe gobernó durante dos años y donde desarrolló buena parte de su carrera política hasta alcanzar la presidencia, en 2002.

Meneses, que fue jefe de Policía de la localidad antioqueña de Yamural a principios de los noventa, aún no ha declarado oficialmente ante un tribunal colombiano para dar cuenta de estos hechos, sin embargo las autoridades ya tienen conocimiento de su intención de cooperar con ellos.

The Washington Post cita un vídeo grabado por Meneses en Argentina el pasado abril que ya han visto las autoridades colombianas y personalidades internacionales como el premio nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel.

Según Meneses, Santiago Uribe era el principal estratega y financiador de un grupo paramilitar conocido como Los doce apóstoles, así llamado debido a que el hombre que lo dirigía era un sacerdote.

En su confesión, Meneses señala que su papel era mantener alejada a la Policía de los lugares donde el grupo perpetraba los asesinatos, de los cuales él siempre tenía conocimiento, ya que asistía siempre a los encuentros en los que se decidía a quién se iba a matar. El ex policía recibía 2.000 dólares mensuales, que según él le enviaba el propio Santiago Uribe, por su colaboración.

Santiago Uribe, que ya fue investigado en 1990 por su presunta relación con grupos paramilitares en Antioquia, desmintió las acusaciones de Meneses, si bien reconoció que estos testimonios podrían provocar que se reanudaran las investigaciones. Por su parte, ningún portavoz de la Presidencia colombiana quiso comentar las informaciones de The Washington Post.

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