Las amenazas de muerte llegan a la campaña electoral

La violencia en Colombia no es ajena a la clase política. La carrera electoral que mantienen los candidatos a la presidencia del país se ha visto salpicada por las amenazas de muerte. El candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, ha recibido una amenaza de muerte a través de la red social Facebook que ha obligado a las autoridades de policía a reforzar su seguridad y que ha sido condenada por el actual Gobierno colombiano.

En dicha red social apareció un grupo llamado “Me comprometo a matar a Antanas Mockus antes del 30 de mayo” que horas después fue desactivado de la red.

“¡Por Dios! Si es así, deben ir a la cárcel. Todos los candidatos, todos los dirigentes de la política, sin importar sus orientaciones, han tenido de este Gobierno toda la protección. Y eso se mantendrá hasta el último día de Gobierno”, declaró el presidente Alvaro Uribe a periodistas. Uribe añadió que las herramientas tecnológicas tienen que utilizarse para el entendimiento y la prosperidad y no estar al servicio del crimen ni del odio.

Mockus, quien lidera las encuestas de intención de voto, ha logrado un vertiginoso repunte en los sondeos en las últimas semanas, impulsado por una campaña virtual a través de Facebook y de Twitter.Por su parte, Mockus ha asegurado que confía en las garantías ofrecidas por el Gobierno y que no quiere convertirse en un mártir.

El director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo, informó de que se ha reforzado la seguridad de Mockus y de los demás candidatos presidenciales con más hombres y 16 vehículos blindados para sus desplazamientos.

Además, Naranjo reveló que la candidata del Partido Conservador, Noemí Sanín, también recibió una amenaza de muerte a través de una nota que llegó a la sede de su campaña, pero aseguró que no fue responsabilidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Estas amenazas han hecho recordar la campaña presidencial de 1990, cuando los candidatos a la presidencia Luis Carlos Galán, del Partido Liberal, Bernardo Jaramillo, de la Unión Patriótica, y Carlos Pizarro, de la Alianza Democrática M-19, fueron asesinados en crímenes cometidos por escuadrones paramilitares unidos con el narcotráfico.

Actualmente, 500 efectivos de la Policía Nacional están dedicados a la protección de los nueve candidatos a la presidencia, que además de vehículos blindados tienen a su disposición chalecos antibalas aunque no los usan.