La prórroga decidió el partido

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Caja Rioja (23+14+16+14+8): Ott (18), Arévalo (1), Rodríguez (2), Busciglio (14), Herrero (4) -quinteto inicial- De Santana (7), Mediano (7), Carreto (4) y Suárez (21).

Fundación Adepal Alcázar (23+21+9+17+14): Lyons (17), Ros (2), Virgil (7), Wachsman (7), Frutos -quinteto inicial- Rubio (12), Almazan, Marcos (5), Ventura (12) y Ward (22).

Parciales: 23-23, 37-44 (descanso), 56-53, 70-70 (final del partido) y 78-84 (final). Árbitros: Pazos y Hernández. Excluyeron por cinco faltas personales a los locales Chufi Rodríguez y De Santana. Incidencias: Unos 400 aficionados en el Palacio de los Deportes de La Rioja.

CAJA RIOJA - ALCÁZAR, 78-84

Lo tuvo muy cerca el Caja Rioja pero al final el Alcázar impuso su calidad y se llevó los puntos del Palacio de los Deportes.

El partido comenzó con un ritmo trepidante entre los dos equipos que tenían la intención clara de ganar y a los tres minutos el luminoso ya señalaba 5-8. La velocidad fue la nota dominante durante el primer cuarto, aunque el contraataque del Alcázar fue más fructífero.

Con el 7-8 los manchegos despegaron con un ritmo frenético y consiguieron una cómoda renta. La mayor distancia llegó en la mitad de este cuarto, 12-19. Pero el Caja Rioja no se dejó intimidar y con un juego interior limpio demostraba que no iba a poner las cosas fáciles al líder. De hecho, el primer cuarto finalizó 23-23.

Al inicio del segundo fue el Caja fue quien tomó las riendas del partido y se puso en cabeza (26-23). Al minuto y medio los manchegos anotaban el empate a 26, y se volvieron a adelantar. La igualdad en la cancha era equiparable a la tensión que flotaba en el aire. En la recta final los visitantes se adelantaron (32-39), pero un triple de Ott recortó distancias a falta de un minuto y evitó la escapada.

Con 37-44 en el marcador y 6 segundos para finalizar la primera parte, Jesús Sala pidió un tiempo en un intento por maquillar el luminoso antes del descanso. Pero este resultado fue el definitivo del segundo parcial.

El partido se reanudó con un ritmo más lento que la primera parte. En los primeros minutos fue más eficaz el Caja Rioja. Un triple de Ott consiguió igualar los casilleros (44-44). Chufi los adelantó con un tiro libre y Sidao remató con otros dos (47-44). Pero poco duró la ilusión, ya que en unos segundos los visitantes recortaron las distancias. La igualdad volvió a ser máxima y ninguno se distanció más de tres puntos del rival a lo largo del tercer cuarto. Ambos equipos sacaron lo mejor de cada uno. Pero finalizó el tercer cuarto con una leve victoria para los riojanos (56-53).

Comenzaba el último y decisivo cuarto y los manchegos se jugaban el ascenso directo.

Recrudecieron su defensa, pero el Caja Rioja mantuvo la distancia con tiros libres. Un recurso muy práctico en esta situación de la que el conjunto visitante no sacó provecho. Pero la estrategia era clara, forzar personales, y todos los jugadores de ambos equipos llenaron sus casilleros. A dos minutos del final el marcador señalaba un ajustado 65-62. El último minuto Santana abandonó la cancha con la quinta personal. Quique Suárez, el jugador destacado del partido, anotó 2 y convirtió el marcador en 68-64 a 40 segundos del final. Busciglio dos más, antes de que Chufi también superase su cupo de personales.

Finalizado el tiempo reglamentario el marcador señalaba 70-70 tras no poder aprovecharse el Caja Rioja de su última posesión. La falta de acierto en los últimos ataques propició que se llegase a la prórroga.

En ellla, el Alcázar que parecía recién salido de la ducha, ganó el partido por 78-84. Este triunfo del Fundación Adepal hace que dependa de sí mismo la última jornada para ascender. Una derrota de los tijoleños en la pista de Andorra en la jornada del viernes también se lo daría ya.

INCIDENCIAS AL FINAL DEL PARTIDO

La victoria de los manchegos quedó empañada por las malas maneras de su entrenador Javier Juárez que denotó falta de deportividad y educación al encararse con varios espectadores, insultándoles con palabras muy mal sonantes, incluso invitando a alguno de ellos a verse las caras en la calle.

Nadie salió libre de sus aspavientos, ni sus jugadres con los que se encaró, ni los árbitros que lo permitieron, ni la afición riojanao Al final del partido, incluso varios jugadores cajeros le recriminaron su actitud. Lo que generó aún más ira fue su petición de un tiempo muerto a falta de 10 segundos, cuando su equipo iba ganando por seis puntos. Protestar, protestar y protestar, fue la virtud del entrenador del Alcázar durante todo el partido.

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