Reacciones al desastre natural en Australia

El primer ministro australiano, Kevin Rudd, ha anunciado que cambiará la legislación sobre la navegación cerca de la Gran Barrera de Coral, según afirma el diario online Prensa Latina.

Esta es una de las medidas que el gobierno australiano ha tomado ante el accidente en esta zona de gran interés natural. Un barco chino, “Shin Neng 1”, encalló el pasado sábado cerca de la Gran Barrera de Coral al desviarse 12 kilómetros de la ruta marina establecida. El buque, que transportaba 950 toneladas de combustible y 65.000 toneladas de carbón, continúa encallado en la zona y por el momento ha vertido más de dos toneladas de combustible en la zona.

Como medida extraordinaria el ministro australiano de Medioambiente, Meter Garrett, ha solicitado la creación de una comisión especial que evalúe los daños provocados por el incidente. Además, esta comisión establecerá si los armadores tendrán que pagar una indemnización por la contaminación de la zona.

El vertido ya alcanza una extensión de más de tres kilómetros. Dos remolcadores se encuentran en la zona afectada para estabilizar el barco, ha asegurado Anna Bligh, primera ministra de la región australiana de Queensland. Bligh ha dicho también que en estos momentos se estudia la posibilidad de extraer el resto del combustible del barco, aunque “será una decisión que tome en último término el equipo de rescate”, señaló.

Además, Brad Carter, alcalde de Rockhampton teme que parte del combustible pueda alcanzar la bahía de Shoalwater agravando las consecuencias del incidente y que se pierdan algunas de las islas con más interés turístico.

Por otra parte, la agencia de Seguridad Marítima de Queensland (MSQ) es positiva y cree que el barco se puede estabilizar. Patrick Quirk, su gerente general, afirma que seguramente no será un “desastre catastrófico” aunque aún “están realizando investigaciones y evaluaciones”. “Sospechamos que el combustible se ha vertido no de los tanques actuales, sino de algunos conductos de la cubierta”, detalló Quirk.

Sin embargo, la Autoridad Australiana para la Seguridad Marítima recalca que la Gran Barrera de Coral es “una zona extremadamente valiosa, que necesita ser protegida, y ya hay normas en vigor que necesitan servir a un propósito”, por lo que es fundamental limpiar el vertido.

La asociación ecologista WWF-Australia asegura que “este sólo este es el último caso de una serie de accidentes que se han venido sucediendo en la pasada década en la costa de Queensland”.

Su director de Conservación, Gilly Llewellyn, afirma que existe una gran falta de seguridad en los barcos que navegan en la Gran Barrera de Coral. Dice además, que los buques deberían estar controlados en todo momento a través de radares y monitores.

Llewellyn denuncia que la situación actual es insostenible porque “con el continuo crecimiento del tráfico marítimo en los últimos años en estas aguas, cada día es más probable que haya un desastre natural de grandes dimensiones”.

Es por ello que WWF-Australia solicita a las autoridades del país que revisen urgentemente los sistemas de control de navegación en por las aguas de la Gran Barrera.

Situada frente a la costa australiana de Queensland, la Gran Barrera de Coral es el mayor arrecife del mundo. Su extensión, de 2.600 kilómetros de longitud es una gran atracción turística, uno de los ecosistemas más ricos y más bellos del mundo.