'En Lengua de Signos'

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De la falta de personal preparado para ser intérprete de Lengua de Signos en La Rioja, de la tendencia de los padres a que sus hijos sordos tengan una educación exclusivamente oralista, y de las dificultades de los que empiezan a estudiar Lengua de Signos, hablan profesores y alumnos de la Escuela de Lengua de Signos de Logroño, 'En Lengua de Signos'.

Los alumnos que se acercan a esta escuela, explica uno de sus profesores, Francisco Javier Blanco Calderón, responden a un gran abanico de perfiles, desde personas que van perdiendo el oído, hasta quienes van a trabajar o trabajan con personas sordas pasando por niños de sólo cinco años.

La alta necesidad de atención que el aprendizaje de la Lengua de Signos requiere, hace muy complicado que se empiece a edades más tempranas, en las que, por lo general, los problemas para centrar la atención son mayores.

La escuela ofrece diversos cursos adaptados a diferentes necesidades; desde intensivos que permiten al alumno adquirir unas destrezas básicas en la materia, hasta el curso completo de tres niveles que da la oportunidad de lograr un grado avanzado de conocimientos.

Los alumnos de esta escuela, afirman que es éste un aprendizaje difícil, pero que, en parte por el alto interés que las personas sordas suelen poner en comunicarse, con pocas clases ya son capaces de mantener una conversación sencilla.

Además de a particulares de diversa índole, la escuela también ofrece sus servicios educativos a empresas y colectivos, como la Asociación de Personas Sordas de La Rioja, la Agencia Tributaria en La Rioja, el Sindicato de Profesores ANPE o Logroño Turismo.

Un buen ejemplo de esto último, son las clases que los docentes de 'En Lengua de Signos', ofrecen al personal sanitario del Hospital San Pedro de Logroño por expresa petición de éste. Estas clases tienen un objetivo claro: dotar a sus trabajadores de al menos una formación básica en Lengua de Signos que facilite el que una persona sorda pueda entender y comunicar sus necesidades en un ámbito tan fundamental como el de la salud.

De forma más especializada, la escuela ofrece un curso de Interpretación

de Lengua de Signos, que trata de paliar la escasez de profesionales especializados en esta materia a la que se enfrenta actualmente La Rioja. Según afirma el personal de 'En Lengua de Signos', actualmente es necesario que vengan intérpretes de otras comunidades a trabajar aquí.

A diferencia de Comunidades Autónomas como Zaragoza, Salamanca o Valencia, los centros educativos de La Rioja adolecen del Ciclo Formativo de Grado Superior en Interpretación de la Lengua de Signos.

Este curso de 2.000 horas, forma profesionales para que, tras su educación, sean capaces de interpretar la Lengua de Signos Española así como el Sistema de Signos Internacional a lengua oral y viceversa. También de realizar actividades de guía e intérprete para personas sordociegas.

La educación de Lengua de Signos desde el colegio

Una de las alumnas de la escuela explica que la razón primordial de su asistencia a estas clases

es su especialización profesional, la logopedia, que le exige cierta amplitud de destrezas que le permitan comunicarse con sus alumnos de la manera más eficaz posible.

Actualmente, según explica, en los colegios hay profesores de apoyo que refuerzan la educación de aquellos niños que no pueden seguir el ritmo de las clases por el motivo que sea. También logopedas, cuya finalidad es la prevención y la puesta de soluciones una vez ha aparecido el problema, la limitación de comunicación, ya sea por problemas del habla o del lenguaje. Sin embargo, como en tantos otros ámbitos donde también resultarían necesarios estos profesionales, en los colegios, por lo general, no hay intérpretes de Lengua de Signos.

La labor de esta logopeda se haya en un ámbito intermedio. Su labor se centra en el trabajo con niños sordos, pero de forma integral. Atendiendo a la necesidad de que éste se halle integrado en su entorno más cercano, se trabaja de forma integrada, no sólo con él, sino en colaboración con la familia y los compañeros de clase.

Es fundamental que los compañeros también reciban nociones de Lengua de Signos para que normalicen esta forma de comunicación y el niño con deficiencias auditivas se sienta totalmente integrado. Según la experiencia de esta profesional, no hay problemas de integración durante los primeros años de escolarización.

La implicación de la familia también resulta indispensable. En este ámbito, sin embargo, sí aparecen más reticencias. Los padres de los niños con problemas severos de audición, abogan generalmente porque sus hijos tengan una educación oralista en detrimento de una más completa en la que ésta se convine con la de Lengua de Signos.

La reticencia suele desaparecer en los casos en los que se hace evidente que la comunicación oral no va a ser posible.

Según afirman los expertos en la materia, lo ideal es complementar una y otra forma de educación para darle al niño la mayor cantidad de recursos posible y conseguir que necesite un refuerzo o adaptación curricular durante el resto de su vida educativa, lo más reducido posible, o incluso inexistente.

El objetivo es llegar a la ausencia de necesidad de adaptación curricular, conseguir que los niños compartan mismos objetivos y metas en su educación como parte de la necesaria integración completa de las personas con cualquier tipo de diversidad funcional en la sociedad. Para conseguirlo, que duda cabe de que la educación es un arma muy útil.

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