Preocupación por Jerusalem

Los enfrentamientos que se desataron ayer en Jerusalem, por la apertura de una sinagoga en el este de la ciudad, se han saldado con 91 palestinos heridos y 60 detenidos. Los disturbios se prolongaron hasta la noche, en los cuales también resultaron heridos 14 policía israelíes, uno de ellos de un disparo en la mano, según informó el portavoz de la Policía israelí Mickey Rosenfeld, citado por la agencia palestina Maan.

Los altercados se produjeron principalmente en los barrios de Wadi Al Joz y Eisawiyah, en Jerusalem Este y cercanos a la Ciudad Vieja, mientras ésta permaneció “en calma debido a la fuerte presencia policial”, indicó Rosenfeld. De hecho, en la ciudad santa se aplicaron por quinto día consecutivo fuertes medidas de seguridad, como la limitación del acceso en función de la edad.

Según Rosenfeld, cuatro de los agentes heridos se encuentran hospitalizados,

entre ellos el que recibió el disparo. La zona donde se produjo dicho incidente, en el distrito de Ras Al Amoud, en Jersusalem Este, ha sido acordonada, y la Policía está buscando a un sospechoso.

En total más de 100 palestinos han resultado heridos en diferentes zonas palestinas ocupadas de Jerusalem Este y Cisjordania, según fuentes médicas. Las fuerzas de seguridad israelíes impusieron un fuerte bloqueo en las zonas ocupadas de Jerusalem Este, especialmente en los alrededores de la mezquita de Al Aqsa, centro religioso en el que ha estado restringido el acceso incluso a mujeres.

Imágenes mostradas por Al Jazeera muestran a la Policía israelí prohibiendo la cobertura periodística de los disturbios. Mientras tanto, decenas de ciudadanos palestinos se han manifestado en la Franja de Gaza para mostrar su solidaridad con los habitantes de Jerusalem.

En la ciudad de Huwara, al sur de Nablus, testigos citados por Maan aseguran que las fuerzas de seguridad israelíes han dispersado una marcha pacífica de estudiantes con bombas de humo y granadas, pero no existen informaciones sobre heridos en esta localidad.

El brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, anunció este martes que ha pedido a la Autoridad Nacional Palestina que le permita reanudar la lucha armada contra Israel y que libere a los terroristas detenidos por las fuerzas de seguridad palestinas.

Por su parte, el ministro de Defensa israelí,

Ehud Barak, ha afirmado, durante la reunión que mantuvo en Madrid con su homóloga española, Carme Chacón, que estos disturbios “demuestran” que “la falta de negociaciones políticas” entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina ·incitará a los extremistas de ambas partes“.

En unas declaraciones recogidas por los medios de comunicación israelíes, Barak advirtió de que “los altercados en Jerusalem Este y los disturbios de los palestinos sólo provocarán el fortalecimiento de los individuos extremistas en ambos lados”.

“Israel no permitirá que los radicales dicten los acuerdos y ejerzan coacción

. Israel es fuerte y debe llegar a acuerdos políticos [...]. Sólo se puede alcanzar un acuerdo a través de unas negociaciones directas“, aseguró.

Mientras, la preocupación de la comunidad internacional sigue creciendo. Al menos así lo ha manifestado el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien ha expresado su preocupación por los enfrentamientos y pidió a las partes que actúen con mesura.

En conferencia de prensa, Ban recordó que el estatuto de esa ciudad será parte de las negociaciones de paz para el Oriente Medio.

Además, señaló que viajará a Moscú para participar en la reunión del Cuarteto Diplomático de Paz para esa región, que está integrado por la ONU, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea.

Después de este encuentro, Ban visitará Israel y los territorios palestinos ocupados y evaluará la situación en Gaza, donde, según afirman desde Naciones Unidas, está en pié una política de cierres que destruyen la esperanza de los palestinos de una mejor vida y de recuperarse de la destrucción y el dolor infligidos durante la más reciente incursión militar israelí.

“Como política, es contraproducente. Socava a los moderados y otorga poder a los extremistas. Destruye el comercio legítimo y alienta el contrabando.

Bloquea el camino para un futuro mejor para ambas partes del conflicto“, dijo Ban.