Los bosques riojanos absorben el 31% de las emisiones de C02

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La Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial ha presentado un estudio que pone de manifiesto que los bosques riojanos fijan en la actualidad un 31% de las emisiones totales de CO2 que se producen en La Rioja, lo que les confiere un papel trascendental en el ciclo del carbono.

El análisis cuantifica y profundiza en el papel de los bosques riojanos y de sus productos en la absorción del CO2 atmósferico y forma parte de las medidas de la Estrategia Regional Frente al Cambio Climático diseñada por el Gobierno de La Rioja y cuyo objetivo último es disminuir en 2012 las emisiones riojanas de Gases de Efecto invernadero (GEI) a la atmósfera un 37 por ciento respecto a 1990

Los árboles, al alimentarse de dióxido de carbono, contrarrestan parte de las emisiones de CO2 que la industria, el sector energético, los medios de transporte o los hogares expulsan a la atmósfera.

Una región con gran potencial como sumidero

La Rioja posee un gran potencial como territorio mitigador de CO2 gracias a sus más de 300.000 hectáreas de superficie forestal, que suponen el 60% de su territorio. Más de la mitad de esta superficie forestal, unas 170.000 hectáreas, son arboladas, de forma que una de cada tres hectáreas de suelo riojano está cubierta de bosques.

El estudio concluye que los bosques de La Rioja fijan cada año 1,27 millones de toneladas de CO2 equivalente. Teniendo en cuenta que las emisiones riojanas de CO2 se sitúan en 4,13 millones de toneladas, la realidad es que el conjunto de bosques riojanos capta actualmente un 31% de las emisiones de la Comunidad Autónoma, superando con creces la media nacional. En el conjunto del país, los bosques absorben anualmente 75,1 millones de toneladas de CO2 que representan el 19% de las emisiones totales.

La fijación de La Rioja supone un 1,9% de lo que fijan los bosques en el territorio nacional. Teniendo en cuenta que La Rioja representa el 1% de la superficie española, en términos de incremento de absorción de CO2 nuestra región está aportando por encima de lo que le corresponde por su territorio gracias a su superficie forestal, a las especies que la componen, a la densidad del arbolado y a la edad media de las masas arbóreas.

El conjunto de especies forestales de La Rioja tiene capacidad para absorber más emisiones de CO2 de las que genera el sector industrial riojano, responsable de la emisión de 1,04 millones de toneladas de CO2 al año, o casi tanto CO2 como producen el transporte y el sector residencial, comercial o institucional juntos.

El estudio de la Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial, financiado por ‘la Caixa’ dentro del convenio de actuaciones de lucha contra el cambio climático, subraya el importante papel de las frondosas de crecimiento lento, cuya superficie en La Rioja ronda las 100.000 hectáreas. El 63,3% del CO2 que fijan los bosques riojanos los absorben haya, roble rebollo, encina y otras frondosas. Destaca especialmente el haya, que fija el 33,1% del CO2 del total de bosques, y le sigue la encina, con el 12,8%, y el roble rebollo, 10,2%.

Respecto a las coníferas, las cerca de 48.000 hectáreas de bosques de esta especie de la región capturan el 33,2% del CO2 total. Los bosques de pino silvestre son los que más contribuyen a frenar las emisiones de dióxido de carbono ya que fijan el 21,3% del CO2 de los bosques riojanos. En el caso de las coníferas se ha puesto de relieve la importancia de las repoblaciones forestales en la lucha contra el cambio climático, ya que la menor capacidad de absorción de algunas de estas especies se ha visto compensada por el aumento de su superficie, que en los últimos años se ha incrementado una media de 700 hectáreas al año gracias a la política de repoblaciones del Gobierno de La Rioja.

El estudio realiza una estimación del CO2 que acumulan en la actualidad los bosques riojanos en sus árboles. En 1999, año de referencia para la elaboración del III Inventario Forestal Nacional, los bosques riojanos acumulaban 45 megatoneladas de CO2, con un incremento del 50% respecto a 1987, año base para el II Inventario.

El valor de los productos de madera recolectada

El trabajo ha servido, asimismo, para incidir en el papel que pueden jugar en las estrategias de reducción de CO2 de La Rioja los materiales obtenidos a partir de la madera extraida de los bosques y usados para la elaboración de muebles, maderas de construcción, papel, etc., tanto por el carbono que almacenan como por la reducción de combustibles fósiles que implica su uso.

Estos productos actúan como reservorio de carbono durante el tiempo que permanecen en uso y se estima que por metro cúbico de madera utilizada, se fijan 0,9 toneladas de CO2 en la propia madera durante su vida y se evita la emisión a la atmósfera de 1,1 toneladas de CO2.

En La Rioja se cortan actualmente algo más de 55.000 metros cúbicos de madera al año, el 90% de chopo y pino silvestre. Más del 60% de la madera cortada se destina a la fabricación de productos de vida media larga como tableros contrachapados industriales, madera de sierra, tablero de fibras o partículas, mientras que apenas un 40% se transforma en productos como madera de embalaje, pasta de papel o biomasa.

El estudio hace referencia especial al papel de las choperas productivas, que representan más de la mitad del volumen anual de cortas en La Rioja. Las plantaciones de chopo riojanas apenas fijan un 1% del total de los bosques riojanos, pero tienen un papel importante en la lucha contra el cambio climático como productoras de madera. De hecho, más del 48% del carbono almacenado en la madera que se obtiene en La Rioja se produce en una pequeña superficie de choperas productivas, que ronda las 1.600 hectáreas y supone el 1% de la superficie forestal de La Rioja. Además, más de la mitad de la madera de chopo acaba como producto de larga duración.

La clave, una gestión forestal sostenible

Aunque el sector forestal no es capaz de solucionar por sí mismo el problema del cambio climático, que requiere obligatoriamente una reducción de las emisiones, lo cierto es que los bosques y sus productos derivados permiten mitigar el problema temporalmente por su capacidad de almacenamiento y ganar tiempo para poner en marcha nuevas políticas que logren frenar las emisiones.

En este sentido, la gestión forestal sostenible del Gobierno de La Rioja incluye estrategias encaminadas a reducir el CO2 atmosférico por vía forestal que han permitido obtener los resultados tan positivos que refleja el estudio. Las distintas líneas de actuación tienen como objetivo global aumentar la biomasa vegetal de los bosques riojanos y obtener de ella el máximo de productos, sin comprometer su conservación.

Una de las medidas más eficaces para incrementar la capacidad de sumidero de los bosques riojanos son las repoblaciones forestales, que en la actualidad superan las 1.400 hectáreas al año. Junto a esto, es importante aplicar las técnicas selvícolas adecuadas para conseguir que el monte riojano evolucione hacia formaciones más complejas, con turnos más largos y en continuo crecimiento, ya que es así como desarrollan todo su potencial como sumideros de CO2.

El impulso a los productos de la madera es otro de los retos. La certificación forestal sostenible de los montes riojanos es una buena oportunidad para fomentar un mayor aprovechamiento de nuestras masas forestales, no sólo del chopo, sino también de las frondosas de crecimiento lento.

Otra línea de trabajo pasa por aprovechar el potencial de la biomasa forestal para la producción de energía, ya que el uso de este combustible evita la emisión suplementaria de CO2 de otras fuentes de emisión basadas en combustibles fósiles no renovables y mucho más contaminantes.

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