“Las cosas van en buena dirección”

Ante la cantidad de rumores que diferentes medios de comunicación nacionales han publicado sobre la inminente liberación de una de los cooperantes de Acciò Solidaria secuestrados en Mauritania, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha declarado hoy que confía en poder ofrecer en “poco tiempo” alguna buena noticia con respecto.

En declaraciones a los periodistas antes del inicio de la sesión de control al Gobierno en el Congreso, ha señalado que el Ejecutivo está “esperando a que se confirmen algunas noticias” y comentó que “las cosas van en la buena dirección”, después de que se le preguntara si se iba a producir alguna liberación de forma inminente. Tras subrayar que hay que “ser un poco pacientes”, indicó que creía que sería “cuestión de poco tiempo que podamos dar algunas noticias”.

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha confirmado que ayer se reunió en Barcelona con familiares de los tres cooperantes catalanes secuestrados por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y dijo que hay “expectativas” sobre la probable liberación de alguno de los rehenes.

“Hay expectativa, esperemos que positiva”, dijo De la Vega en declaraciones a RNE, donde afirmó que el encuentro de ayer se enmarcó dentro de la “posibilidad de que pueda haber alguna noticia”. “Ante la posibilidad de que pueda haber alguna noticia, que me va a permitir que por responsabilidad y prudencia en estos momentos tengamos que esperar a poder confirmarla, tuve esa reunión”, respondió la vicepresidenta al ser preguntada sobre la liberación inminente de uno de los cooperantes.

Después de trasladar el “apoyo” del Gobierno a las familias de los rehenes, precisó que aunque haya expectativas éstas no son “totalmente” como al Ejecutivo le hubiera gustado. “Pero vamos a esperar con prudencia”, insistió, para agradecer la responsabilidad de los medios de comunicación así como la paciencia de los allegados de los tres españoles secuestrados.

Alicia Gámez, Albert Vilalta y Roque Pasqual fueron secuestrados el 29 de noviembre en Mauritania mientras viajaban en el último vehículo de un convoy organizado por la ONG, y después fueron desplazados a Malí.