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Las casas prefabricadas, una alternativa en auge frente al elevado precio de la vivienda

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La Rioja ha visto descender el precio de la vivienda alrededor de un 4% en el último año. Actualmente, el precio medio del metro cuadrado en nuestra comunidad supera los 2.200 euros. Desde hace unos años, un sector alternativo parece estar en auge, las casas prefabricadas. Este tipo de vivienda alternativa a la construcción tradicional, pese a notar la crisis, ha mantenido sus clientes y “va cada vez mejor”, según asegura Pablo González, gerente de Cofitor , empresa dedicada a la construcción de casas prefabricadas. Cada vez son más los ciudadanos que contemplan esta opción en su abanico de posibilidades para adquirir un hogar. “En los últimos años hemos colocado alrededor de 100 casas prefabricadas en La Rioja”, asegura González.

El precio del metro cuadrado en este tipo de viviendas se sitúa entre los 800 y los 900 euros. “Nosotros tenemos unos modelos estándar diseñados que salen a 800 euros el m², las que se hacen a medida salen por 900 el m². Podríamos hacer desde 40 metros hasta 100 metros o más grande”, aseguran desde Cofitor.

Según los precios señalados, una vivienda prefabricada de 100 metros cuadrados podría oscilar entre los 80.000 y los 90.000 euros, mientras que una de construcción tradicional, guiándonos por el precio medio del metro cuadrado en La Rioja, alcanzaría la suma de 220.000 euros. Es, sin duda, una alternativa más barata para adquirir una vivienda y en pueblos como Albelda o Huércanos, no son pocos los vecinos que ya se han sumado a ella.

Las casas prefabricadas han avanzado a lo largo de los años, “cada vez se van haciendo las cosas mejor y el producto va evolucionando”, asegura Pablo González, “la calidad ahora mismo es superior a las viviendas de promoción”, afirma.

Dedicirse por una casa prefabricada tiene muchas ventanjas, así lo asegura el gerente de Cofitor,

“la libertad que te da una casa prefabricada no te la da un adosado, va mucho más aislada que una casa de construcción habitual, la rapidez de entrega, ya que en cuatro meses tienes tu vivienda, además es una casa móvil, después de puesta puedes quitarla e instalarla en otro lugar. Por otro lado, el presupuesto es cerrado. En una casa de construcción habitual tú pides un presupuesto y del que te primero te presentan al que luego termina siendo, se nota un considerable aumento. Aquí se firma un contrato con lo que vale, que es lo que se cobra al final”.

Una de las dudas más comunes a la hora de decidirse por una casa prefabricada es el lugar en el que se va a colocar. No todos los terrenos son urbanizables, y esto hace surgir las dudas en los propietarios o compradores de fincas que quieren hacerse con una de estas viviendas. Pablo González afirma que este tipo de casas se pueden colocar tanto en terrenos urbanizables como rústicos, “cuando el terreno es rústico, la gente la pone como casa móvil, y cuando es urbano se hace un proyecto donde la casa consta como una vivienda normal y tiene su cédula de habitabilidad, siempre que cumpla con la normativa constructiva del lugar”.

Además, en Cofitor han encontrado la solución para esos terrenos que no tienen agua o luz, y es una casa autónoma, “nosotros tenemos una casa a la que podemos dotar de placas solares, de una depuradora, etc. se podría poner en un desierto y funcionaría por ella misma”. “Lo usual es vender una casa normal porque la luz, por ejemplo, llega a casi todas las fincas donde la gente va a vivir, pero si no la tienen tenemos esta opción”.

El precio de esta vivienda parte de los 14.000 euros más lo que cuesta la casa, es decir que podríamos disponer de una casa, con todas las comodidades, de 80 metros cuadrados por un precio de alrededor 78.000 euros, en una finca que carezca de luz y agua.

En los últimos años, la gente que acude a comprar casas prefabricadas como una opción a primera vivienda es cada vez mayor, aunque todavía hay muchos que requieren este tipo de hogar como segunda residencia o como finca de recreo. “Nuestro fuerte es una vivienda unifamiliar para que viva una familia los 365 días del año”, afirma el gerente de Cofitor.

VIVIENDA HABITUAL

Alberto y su familia poseen una casa prefabricada en las cercanías de la localidad riojana de Huércanos. Esta es su primera vivienda y llevan en ella alrededor de tres años. “En una casa prefabricada se vive de maravilla. Una casa sin vecinos, en la que el más cercano se encuentra a 15 metros se está muy bien, muy contento”, afirma Alberto. “Mis padres tenían un terrenito y se querían hacer un chalet, pero terminaron en una feria en Madrid viendo casas prefabricadas, les gustó el tema y además es un poco más barato”, cuenta Alberto.

“Ha resultado ser mucho más cómoda y mejor de lo que esperaba, te haces unas expectativas de lo que puede ser una casa prefabricada y no te convence, pero luego cuando estás viviendo ves que no se nota la diferencia”, afirma Alberto, y es que todavía existen prejuicios hacia este tipo de construcciones, “no es igual que un ladrillo, pero son panales bien preparados, bien aislados y no lo notas hasta que no lo ves o no lo conoces”.

En el mismo entorno, Alberto asegura que hay más casas prefabricadas, “aquí en el barrio otros vecinos cogieron la misma casa en la fábrica en la que la compramos nosotros, y por aquí sé que hay un par de ellas más.

FINCA DE RECREO

Gonzalo, en cambio, posee una casa prefabricada que utiliza como segunda vivienda o finca de

recreo. Se trata de una casa de unos 70 metros cuadrados que tiene instalada en un terreno rústico. Por este motivo, es la única opción que tenía para poder tener un hogar. “Nosotros trabajamos en la construcción, así que nos hubiese resultado más barato hacer una casa tradicional, sin embargo, al poseer una finca rústica, sólo quedaba esta alternativa”, asegura Gonzalo.

“La mayor ventaja es la rapidez de construcción. Es algo más barata, pero tampoco tanto. En cuanto a calidades, no tiene nada que envidiar a una vivienda tradicional. Está aislada perfectamente, en verano hace fresco y en invierno se está bien”, afirma. “Inconveniente no le veo ninguno, estamos muy contentos con la prefabricada”, sentencia.

“Yo la tengo como finca de recreo, pero podría servirme perfectamente como vivienda habitual, de hecho mis padres van allí en verano.”Por la zona en la que tengo yo la casa, Albelda de Iregua, habrá alrededor de unas 20 casas prefabricadas“.

“El Ayuntamiento nos ha puesto todos los problemas, pero es que realmente no es una construcción, eso lo puedes declarar como que es una casa de aperos, como casa móvil. Tu no has construido realmente nada ahí. La pena es que no la puedes tener registrada como una casa, si mañana tiene que pasar una calle por donde está la casa la tienes que mover”.

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