Mujer: norte y sur

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En los países del sur, la pobreza, en el Primer Mundo, el salario. Mujeres de todo el planeta se ven obligadas a luchar por sus derechos día a día, en diferentes aspectos. El denominador común es la desigualdad, aunque se manifiesta de diferentes formas.

La mujer en la pobreza

El 70 por ciento de los más de 1.200 millones de personas que hoy en día viven en condiciones de extrema pobreza (ingresos inferiores a 1 dólar por día) son mujeres, a pesar de que ellas producen el 80 por ciento de los alimentos en todo el mundo. Además la crisis internacional está afectándo a las mujeres especialmente por su nivel de extrema vulnerabilidad.

Consciente de realidad se está llevando a cabo la revisión de los acuerdos suscritos en 1995 por 189 países en la Conferencia de Mujeres de Naciones Unidas de Beijing (China) y la preparación a lo largo de este año del Plan de Acción Europeo sobre la Igualdad de Género en la Cooperación para el Desarrollo.

Así, las organizaciones de la sociedad civil exigen al Gobierno español, de la Presidencia española de la UE, que lidere el próximo mes en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Género que tendrá lugar en Nueva York, el acuerdo europeo sobre las medidas concretas a tomar para cumplir los compromisos suscritos.

Los derechos de las mujeres y las niñas no pueden quedar relegados a acciones aisladas adscritas únicamente al ámbito de las políticas de igualdad y desarrollo sino que es momento de exigir a los Gobiernos europeos la coherencia en todas sus políticas (comerciales, agrícolas y migratorias, entre otras) para que éstas no agraven la vulnerabilidad de las mujeres”, concluyó la organización.

El problema del salario

En cuanto a los derechos de la mujer occidental, y en concreto las europeas, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, en la inauguración de la jornada parlamentaria 'Igual Trabajo, Igual Salario', organizada en el Congreso de los Diputados por el Grupo Socialista con motivo de la celebración del Día de la Igualdad Salarial, ha afirmado que “tiene que trabajar una media de ocho años para ganar lo mismo que un hombre que se dedica siete años a realizar la misma labor”.

Aído explicó que la brecha salarial en la Unión Europea se sitúa en el 17 por ciento, lo que hace que una mujer tenga que trabajar 52 días más cada año para igualar su salario al del hombre, brecha que en España es aún mayor y se sitúa en el 26 por ciento.

La ministra considera que esta situación es “totalmente injusta desde el punto de vista social e ineficiente económicamente, porque está demostrado que los países más productivos son los países más igualitarios”. “Y este Gobierno quiere conseguir ambas cosas”, apostilló.

Asimismo, indicó que el 60 por ciento de las personas que terminan estudios universitarios en la Unión Europea son mujeres y además “lo hacen con mejores expedientes académicos” que los varones, pero denunció que esta realidad “no se traslada ni a la incorporación de la mujer al mercado laboral ni a sus posibilidades de promoción”.

Cuando hombres y mujeres tienen hijos a su cargo, la tasa de empleo de las mujeres cae 12,4 puntos y la de los hombres aumenta 7,3 puntos. La corresponsabilidad sigue siendo una asignatura pendiente en Europa

El Ministerio español de Trabajo realizó en 2008 y 2009 más de 10.000 inspecciones a empresas, de las que 241 fueron por discriminación salarial. La mayor parte de infracciones salariales se debieron a los complementos que se pactan con los hombres “al margen de la negociación colectiva”.

Día internacional por la Igualdad Salarial

Con motivo del Día Internacional para la Igualdad Salarial entre Mujeres y Hombres, la secretaría confederal de la Mujer de CCOO presentó hoy un calendario de propuestas para lograr la igualdad salarias entre sexo. Para este sindicato, existe discriminación salarial de género cuando, por el hecho de ser mujer, se accede a o repercute en una retribución menor por realizar el mismo trabajo o un trabajo de igual valor o discriminación en el acceso a una situación laboral igual a la de los hombres.

“En la actualidad no se aprecian diferencias en los niveles formativos y educativos de mujeres y hombres, sin embargo, hoy no se corresponde la situación de las mujeres en el ámbito laboral con los niveles educativos alcanzados, siendo éstos superiores en las mujeres para el caso de España”, aseguró CCOO.

A su juicio, si las mujeres no acceden a empleos y salarios similares a los masculinos no es por propia voluntad, sino por la existencia de un conjunto de “factores, barreras y discriminaciones” que se lo impiden. “Se remunera más y se valoran más las cualidades laborales masculinizadas que las consideradas feminizadas”, subrayó.

Por todo ello, propone la fijación de criterios de conversión de contratos temporales a fijos que favorezcan a las mujeres cuando, en igualdad de condiciones y méritos, se encuentren afectadas en mayor medida que los hombres por el nivel de temporalidad así como eliminar las denominaciones sexistas en la clasificación profesional.

Además, sugiere mejorar la cualificación avanzando en la implantación de sistemas de clasificación profesional que, contemplando la equivalencia de cualificación y funciones, conlleve la equiparación de retribuciones y prevea cauces para el acceso a la formación, al reconocimiento de la cualificación y al desarrollo de la carrera profesional. También plantea estudiar y establecer sistemas de selección, clasificación, promoción y formación, sobre la base de criterios técnicos, objetivos y neutros por razón de género e incluir cláusulas de acción positiva en las condiciones de clasificación profesional, promoción y formación.

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