El Real Madrid cae contra Maccabi

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El Real Madrid cayó derrotado frente al Maccabi Electra de Tel Aviv (81-76) en el Nokia Arena, un tropiezo que a pesar de entrar dentro de lo probable daña la imagen de un equipo que no dio la sensación de tener argumentos suficientes para llevarse la victoria del siempre exigente territorio israelí.

Después de un comienzo esperanzador de partido, presidido por la eficacia de los visitantes y el desacierto de los anfitriones, el conjunto blanco perdió el control del partido en el segundo cuarto y no pudo sobreponerse a una formación que caminó espoleada por la Mano de Elías. En el diálogo establecido entre equipo y afición, la entrega del uno aumentó la del otro, y conforme fue avanzando el partido el muro que tenían que escalar los madridistas se hizo cada vez más alto. Especial atención mereció Alan Anderson, que lideró con una actuación sobresaliente el sólido partido de sus compañeros.

El alero estadounidense hizo valer su innegable superioridad física en los dos lados del tablero, haciéndose fuerte en la pintura cuando tocaba defenser y castigando a sus rivales en ataque con un excelente primer paso, que no sólo le abrió el camino hacia la canasta sino que puso en serios problemas a sus pares.

La intensidad de Anderson puso la puntilla al Real Madrid, que empezó a perder la solidez con la que había empezado con la salida de Prigioni y la entrada de un Llull muy gris en la dirección del equipo. Las malas decisiones del equipo chocaron con la dureza en defensa del equipo israelí, que reparó pronto sus deslices atrás.

Echó en falta el equipo de Messina el extra que le ofrece el base balear desde el banquillo como también echó en falta a Reyes. En ausencia del capitán, cayó demasiado peso sobre un Ante Tomic que si bien apunta buenas maneras en acciones aisladas, acusa su falta de experiencia a la hora de hacerse respetar en la zona. Zona que supieron controlar los de Pini Gherson, supliendo con sacrificio su falta de centímetros para llevar a los pívots del Real Madrid lejos del aro. Estrechada esta vía, hubiera sido buen momento para los tiradores blancos, pero sólo funcionaron las penetraciones de Kaukenas, excepcional en la reanudación sacando réditos de su constante movilidad en territorio enemigo.

El Real Madrid firmó su derrota en el tercer cuarto, cuando agotó dos ataques seguidos el reloj de posesión sin haber mirado a canasta, esperando un desajuste que no llegó. Para entonces los madridistas ya habían desaparecido del partido, sensación que ratificaron los fallos defensivos que dieron cancha a la conexión entre Anderson y Eidson.

Y aún con todo el equipo blanco logró que la diferencia real entre los dos bandos no se reflejara en el luminoso, circunstancia que le permitió llegar a los últimos minutos con opciones. Un oportuno robo de Jaric alargó la agonía, pero la justicia jugó del lado israelí que se embolsó una merecida victoria para igualar el Grupo F.

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