Muerte y dimisiones en México

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La violencia sigue siendo el principal problema de México. El crimen y el narcotráfico tienen en su punto de mira a los agentes de policía y cuerpos de seguridad, sobre todo si no caen en sus redes de corrupción. Este parece que es el caso del director de la policía de la ciudad mexicana de Quiroga, Antonio Bravo Ramírez, quien fue asesinado por un grupo de hombres armados cuando patrullaba junto a dos agentes de esta localidad del estado de Michoacán, en el oeste de México.

Estos asesinatos se produjeron un día después de que en la plaza mayor de Quiroga fuese hallada una cabeza humana dentro de una nevera que fue descubierta con un narcomensaje.

Los agentes realizaban labores de vigilancia por el centro del municipio a primeras horas de la mañana cuando varios hombres asaltaron su coche patrulla con armas de gran calibre. Los dos agentes de las fuerzas de seguridad, identificados como José Correa y Arturo Córdova, murieron en el acto.

El jefe de policía fue trasladado en ambulancia a un hospital de Morelia, capital del estado, pero perdió la vida en el trayecto. Horas antes de este asesinato, y de la aparición de la cabeza, vecinos de la localidad habían localizado dos bolsas de plástico negras en cuyo interior se encontraba el cuerpo de un hombre descuartizado, según informó el diario El Universal.

La Familia Michoacana, uno de los cárteles criminales que operan en México, tiene su base de operaciones en el estado de Michoacán y suele hacer dejar narcomensajes junto a los cadáveres de sus víctimas. Muchos de ellos los utiliza para declarar que su organización “respeta al Ejército Mexicano y al presidente” del país, dejando claro que su conflicto es con el Secretario de Seguridad Pública de Michoacán.

Casos como este han hecho que, en lo que va de año, un total de 42 policías y directores de seguridad pública hayan desertado en los municipios de Ahome y El Fuerte, en el estado de Sinaloa (norte de México).

En El Fuerte han renunciado este mes 26 oficiales,

después de conocer que su jefe, Martín Armenta Gil, había abandonado su cargo. En esa localidad han sido ejecutados en los últimos días dos comandantes de la policía y se han hallado varios cuerpos descuartizados, recogía el diario El Universal.

Además, tres bases policiales de El Fuerte han sido cerradas

en lo que va de semana después de que miembros de bandas organizadas enviaran amenazas de que atacarían las instalaciones, tal y como lo han hecho con otras delegaciones que han sido tiroteadas y destruidas.

El presidente municipal de El Fuerte, Víctor Manuel Sarmiento, confirmó que han tomado esta decisión para evitar más hechos violentos y han trasladado a los policías a la comisaría central de la comuna.

Por otro lado, en Ahome un total de 16 agentes de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito han solicitado sus bajas voluntarias.

El director de la institución, Gerardo García Castro, pidió un permiso de tres meses sin goce de sueldo para mantenerse alejado del servicio policial.

El pasado fin de semana las fuerzas de seguridad ordenaron suspender la vigilancia en las calles por parte de la policía en un municipio cercano a Ahome, ante supuestas amenazas por parte de grupos del crimen organizado.

El presidente municipal de Ahome, Esteban Valenzuela García, ha reconocido que la violencia se salió de control, por lo que ha hecho un llamamiento al gobierno de Felipe Calderón a que haga frente a esta situación y envíe refuerzos para garantizar la seguridad de los habitantes.

Sinaloa forma parte del conocido Triángulo de oro de la droga en el que también convergen Durango y Chihuahua, considerados los estados más peligrosos de México donde los cárteles del narcotráfico mantienen una constante lucha por controlar la ruta de la droga que tiene como destino Estados Unidos.

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