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El debate por el burka, ‘in crescendo’

Rioja2

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La polémica sobre la prohibición del velo integral en Francia se ha reabierto este martes. La comisión parlamentaria que estudiaba el tema del burka presentó su informe, en el que se encuadran sus recomendaciones. Su intención, prohibir la prenda en escuelas públicas, hospitales, sistemas de transporte y edificios gubernamentales, según dicen, en pro de los valores franceses.

Después de seis meses de debates y deliberaciones, los integrantes de la comisión han llegado a esta conclusión. El consenso, sin embargo, está muy lejos de alcanzarse. A la propuesta del partido de Sarkozy, Unión por un Movimiento Popular (UMP), le han surgido opositores de la izquierda, de la derecha e incluso de sus propias filas.

Para el Presidente de la República, Nicolás Sarkozy, “el burka no es bienvenido en Francia”, según declaró este martes. A su juicio, es un “símbolo de la sumisión de las mujeres” que no se ajusta a los valores de igualdad que defiende el ordenamiento jurídico francés.

El mayor defensor de la medida es Jean François Copé, el líder del UMP en la Asamblea Nacional. El representante del partido de Sarkozy en la Cámara Baja ha anunciado que propondrá su propio proyecto de ley, para impulsar la prohibición total del uso del velo integral, incluyendo multas para los infractores.

En caso de aprobarse, la ley prohibiría el uso tanto del burka como del niqab. Ambas prendas son velos integrales que cubren por completo el cuerpo de las mujeres. En el caso del primero, se dejan entrever los ojos y parte de la nariz a través de una rejilla; el niqab, por otro lado, tiene tan sólo una apertura a la altura de los ojos.

Todo apunta, sin embargo, a que la ratificación del texto no va a ser fácil de lograr. Para la mayor parte de los socialistas franceses, se trata de una propuesta “oportunista y demagógica” que pretende echar más leña al fuego del debate de la identidad nacional.

También por parte de la derecha se han oído algunas voces disonantes, incluidos altos cargos del gobierno francés. Concretamente, ha sido especialmente comentada la oposición de dos de los ministros del Ejecutivo de Sarkozy, que hace unas semanas mostraron anónimamente sus reticencias sobre la ley en declaraciones al periódico Libération.

Pero los obstáculos que debería saltar el texto para pasar a formar parte de la legislación gala no acaban aquí. Aunque, según las encuestas, hay una mayoría de la población que aprueba esta postura, diversas comunidades religiosas ya han saltado a la palestra para protestar. Y no se trata únicamente de grupos musulmanes. También representantes de la religión judía o incluso el arzobispado de París consideran que el texto supondría una intromisión por parte del Estado en la libertad religiosa y los derechos fundamentales.

Si todo sigue adelante, podría producirse la intervención del Tribunal Constitucional francés o, incluso, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Una propuesta con trayectoria

Desde que surgiera el debate sobre la cuestión del velo integral, las posturas de Unión por un Movimiento Popular se han ido modificando y, en consecuencia, han ido variando también sus propuestas a lo largo de los meses.

El pasado mes de diciembre, los de Sarkozy habían abogado por no prohibir el uso de este símbolo religioso en los lugares públicos y restringirlo únicamente en edificios concretos. Los dirigentes del UMP habían barajado la posibilidad de prohibir el burka en alcaldías, prefecturas y edificios de servicios públicos, dejando a un lado la prohibición en los espacios o transportes públicos. Esta idea, a pesar de ser más moderada que la actual, ya levantó ampollas.

Meses antes, ya se planteó la discusión sobre el uso del velo en la enseñanza. La cuestión generó también en aquella ocasión un agitado debate social cargado de controversia y el partido del Presidente fue acusado de defender un nacionalismo francés que no tenía lugar en la sociedad plural que Francia posee actualmente.

Se calcula que en el país vecino hay una comunidad musulmana de cinco millones de personas. Los estudios, sin embargo, aseveran que sólo entre 500 y 2.500 mujeres se cubren con el burka o con el niqab. En base a estos datos, los opositores a la propuesta de ley aseguran que la medida es innecesaria y que se utiliza de cara a las próximas elecciones regionales.

La prohibición según la legislación internacional

La intención de terminar con el velo integral del elíseo no sólo debe ser aprobada por la Asamblea Nacional. Debe, además salvar otras trabas, como la puesta en tela de juicio de su constitucionalidad.

No sería ni mucho menos descabellado que el proceso fuese detenido por el Consejo Constitucional francés, ya que la ley francesa protege la libertad de culto religioso y un texto legal que prohíba este símbolo de la doctrina islámica puede entrar en conflicto con este derecho.

Si también el Consejo Constitucional “hiciese la vista gorda” con la cuestión, la ley podría verse rechazada en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, puesto que la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas reconoce en su artículo 18 el derecho de toda persona a la libertad de religión. Pero el texto de la ONU va más allá y hace referencia a la “libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. Este fragmento de la Declaración podría ser el resquicio que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos utilizase contra esta ley en el caso hipotético de que saliese adelante.

Así las cosas, son muchos los aspectos que hacen pensar que la imagen del Ejecutivo de Nicolas Sarkozy podría verse enormemente dañada a causa de esta proposición. Sólo el tiempo dirá cómo concluye este debate cada vez más acalorado.

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