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Gran Hermano 11: La relación entre Gerardo y Saray eclipsa la presencia de Tatiana en el debate. Mientras, Carol disfruta en Logroño del baloncesto

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El capítulo 19 de la saga Gran Hermano 11 tuvo como protagonistas a dos personajes que continúan dentro de la casa de Guadalix. Es inevitable dirigir una mirada hacia la vacía casa y comprobar las últimas jugadas de los todavía concursantes. “La familia feliz”, como irónicamente los ha bautizado Tatiana, parece más feliz que nunca. Gerardo y Saray intentan dar rienda suelta a su pasión mientras una oportuna suegra les chafa toda ocasión de intimidad.

Vídeos y más vídeos de la parejita eclipsaron la presencia en plató de una guapísima Tatiana que parece haber recuperado su belleza y su figura tras la salida de la casa. Acompañada de su, tal como ella lo define, follamigo, hacía juegos de palabras para intentar definir acertadamente su relación con el vasco.

Tuvo también su protagonista el zen. Ángel no soporta vivir con los tres individuos que quedan en el chalet de Guadalix. “No tengo ninguna motivación”, decía el madrileño, viendo cómo su querido amigo Gerardo le vuelve la espalda tras adentrarse en una aventura amorosa que, en opinión del hippie y de media España, es totalmente falsa. Y es que Ángel se quedó muy tocado tras la salida de la rusa el pasado jueves, no sabemos si porque realmente la echa de menos o porque observa desesperado que la familia feliz se va a hacer con la final de esta edición.

Arturo, un poco más relajado que el sábado, cuando tuvo que enfrentarse a una entrevista en el programa “La Noria”, apoyaba a su amiga Tatiana, discrepando en ciertos puntos con ella, por ejemplo en la defensa de Ángel. En su opinión, lo único que le importa al zen es salvarse su propio culo.

Visión de Pilarita. Subjetivamente he de decir que no la soporto. No entiendo, personalmente, cómo una persona así puede permanecer en la casa sin ser expulsada por la audiencia, pese a que ha tenido cientos de ocasiones para echarla. Es teatrera hasta decir “basta”, hasta su propia hija le dice “no dramatices tanto”. Y es que esos momentos en los que parece sufrir un ataque de ansiedad se hacen cada vez más y más evidentes. Para colmo está en la final... Objetivamente también tengo mis motivos para que quede tercera: se marchó la primera del programa, fue repescada porque su hija se dedicó a hacer campaña entre sus compañeros, y juega con ventaja por convivir con Saray en la casa.

Por otro lado, Gerardo. Por favor, tiene que ser el expulsado esta semana. Los aplausos que se escucharon en la Gala el pasado jueves lo dejaron tocado. Aunque no lo reconozca, esa sonrisa falsa que consiguió mantener durante el medio minuto que duró el abucheo del público hizo mella en el madrileño. Su idílica relación con Saray no me la creo. Qué cierto es eso de “tiran más dos tetas que dos carretas”, ha dejado de lado a su siempre fiel amigo Ángel para arrimarse a la única persona que no ha sido nominada nunca en el concurso.

CAROL PASA EL DOMINGO EN LOGROÑO

La gran hermana Carol, esa que ha dado tantos dolores de cabeza a la pobrecita Indhira y tantos sufrimientos de lo otro a su “amigo” Arturo, ha estado este fin de semana por tierras riojanas. Acompañada de su hermana, disfrutó del partido de baloncesto disputado en Logroño la tarde del domingo. Al parecer, un jugador del Leyma Basquet Coruña, el equipo rival del Caja Rioja, es novio de la hermana de Carol, motivo por el cual se dejó ver en el estadio logroñés, atendiendo a gran cantidad de público que se acercó para inmortalizar el momento junto a una de las más polémicas concursantes de esta edición.

Arturo, por su parte, acudió el sábado al programa “La Noria” para hacer su entrevista. Como cada uno de los grandes hermanos expulsados, el de Irún tuvo su momento para explicar sus actitudes en el programa, para pedir perdón y para afirmar ciertos aspectos de su momento presente. La relación con Nagore, el odio hacia Indhira, y varios asuntos de su vida anterior a Gran Hermano ocuparon una entrevista en la que apareció con ojos saltones y sonrisa desencajada, probablemente debidos a la tensión del momento.

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