'A propósito, ¡mi Kammamuri!'

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El escritor, guionista y profesor riojano Bernardo Sánchez recrea la hazaña del fakir Kammamuri en el primer libro que edita el festival ‘Actual’. Está a la venta desde el 2 de enero de 2010 en las librerías logroñesas, se han editado 600 ejemplares que pueden adquirirse por el precio de 10 euros. La obra se ha presentado esta mañana en La Casa de la Imagen en el marco de las actividades paralelas del certamen, que organiza el Gobierno de La Rioja del 2 al 6 de enero.

El Director General de Cultura, Javier García Turza, ha destacado en la presentación de esta novela los diez años que “este libro ha estado enterrado, dormido, cosa que muchas veces viene bien para la reflexión”. Un paso del tiempo que ha vivido en el cajón de la imaginación de su autor, quien lo escribió en 1999. Dedicado al genial Rafael Azcona, el mismo que sugirió alguna corrección tras su lectura, pretende no traicionar el germen de su inocencia, el punto de vista del niño que imagina a Kammamuri.

PELIGRO CALCULADO

El libro de Sánchez surge de la búsqueda de una noticia para un libro sobre cine en Logroño. En este buceo por la historia de los años 30, descubre al personaje que hasta entonces imaginaba. Reconoce al fakir que forma parte de su infancia, de expresiones que en tantas ocasiones ha escuchado como: “tienes pelos como Kammamuri” o “no hagas el kammamuri”, cuenta el autor.

La historia se centra en el paso de este hombre en la ciudad: “Gran acontecimiento nunca visto. En la calle de la República, número 15, el temerario derviche Kammamuri se sepultará a partir del martes a dos metros de profundidad y permanecerá sin tomar alimento ni líquido alguno hasta el próximo domingo. Por medio de un periscopio preparado al efecto, podrá el público verle perfectamente y seguir el curso de su encierro durante todo el día y toda la noche”.

La presencia del derviche alteró el discurrir cotidiano de Logroño y excitó la capacidad de observación de un chaval cuyos padres regentaba una tienda de ultramarinos. El enterramiento de Kammamuri en un solar de la hoy calle Portales, a la altura de la Concejalía de Hacienda, provocará en el narrador un juego imaginativo profundo, mediante el que conectará con miedos, fascinaciones e impresiones subterráneas, anuncio de una inmediata salida de la ingenuidad y de la infancia.

Como si fuera un espejo, el relato de Bernardo Sánchez también refleja la sociedad española de aquella época, que llevaba tiempo acumulando riesgo y que, poco después de esta semana de Kammamuri, viviría su conclusión catastrófica: la Guerra Civil. Sánchez reconoce que su intención ha sido mostrar el contraste entre “el peligro calculado y el incalculado”.

“El enterramiento del derviche Kammamuri era una película de categoría, de las que no caían media docena al año: era la película del año y, de paso, la semana del año”. 'La semana de Kammamuri’ muestra a través de un hombre, de un hombre hecho adjetivo, que en la actualidad se esconden muchos kammamuris.

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