Las nuevas tecnologías son cosa de todos

Las tecnologías de la información y la comunicación ocupan un lugar central en la sociedad actual. Estar informado, actualizado al minuto, la comunicación que atraviesa fronteras, la inmediatez… conceptos cada día más cercanos, más habituales tanto en nuestra vida laboral como en lo referente al ocio, el tiempo libre y los estudios.

Ciertos colectivos, sin embargo, encuentran dificultades a la hora de acceder a estos recursos; especialmente mayores y personas con discapacidad. Y que duda cabe que las dificultades de acceso de estos grupos a las nuevas tecnologías les aíslan y les mantiene al margen de un flujo informativo considerable.

A juzgar por la relevancia que se le da actualmente a este tipo de recursos, mantener a estos colectivos al margen de los mismos podría llegar a convertirse en una nueva forma de exclusión. Las asociaciones que trabajan por el desarrollo de las personas con discapacidad, saben que el reto y la solución pasa por un buen sistema formativo.

Este es el caso de los beneficiarios de la Asociación de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace), que animados y guiados por los coordinadores del centro, asisten a cursos de informática con asiduidad.

Tanto unos como otros saben que las nuevas tecnologías son una nueva puerta al mundo de la creatividad, de la comunicación y de la información y que la adaptación tanto de los medios como de la educación en este ámbito a personas con discapacidad es no solo factible, sino imprescindible.

Toya Bernáldez García, Responsable del Centro de Día de Aspace-Rioja, habla de libertad y autoestima cuando explica el enfoque que Aspace otorga a la enseñanza de las nuevas tecnologías a sus beneficiarios.

Y es que la experiencia ha enseñado a este grupo de profesionales que la educación, también en este ámbito del conocimiento, permite a las personas con parálisis cerebral echar un pulso a sus capacidades, desarrollar otros aspectos de su vida y acceder a la información.

Recursos adaptados y adecuados

No todas las personas que acceden a esta formación tienen las mismas destrezas, sin embargo, esto no es necesariamente un problema a la hora de acercarse al mundo virtual.

Toya comenta el caso de uno de los beneficiarios del centro en el que trabaja que no sabe leer ni

escribir. Esta dificultad, sin embargo, no le impide desarrollar su creatividad y sus capacidades a través de programas de retoque fotográfico, búsqueda de imágenes en Internet… las posibilidades son casi infinitas, solo hace falta empeño y paciencia por ambas partes: quien enseña y quien aprende.

Los medios de adaptación a las necesidades del usuario son fundamentales. Uno de los sistemas más utilizados es el llamado Joystick, dispositivo que se integra en el ordenador a través de un sencillo programa informático que permite el manejo de las opciones del teclado para personas con movilidad reducida.

Las opciones que este sistema da al usuario -aumento o disminución de la velocidad del puntero, programación de todas o parte de las opciones del teclado y el ratón, etc.- permite su utilización con diferentes niveles de complejidad.

Haciendo uso de este tipo de recursos, cada vez son más las entidades que apuestan por la formación de las personas con discapacidad en materia de nuevas tecnologías.

Roberto Sobrino, Responsable de proyección social de Aspace-Rioja, es el encargado de servir de enlace entre este tipo de entidades que ofrecen formación adaptada y los beneficiarios del centro en el que trabaja.

La Agencia del Conocimiento y la Tecnología, cuyo objetivo es fomentar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación así como la capacitación tecnológica, es una de las entidades con las que colabora este colectivo.

Fundación Cultura y Comunicación, entidad que trabaja, además de por el impulso de la solidaridad, por la difusión del conocimiento en los colectivos más desfavorecidos, colabora con Aspace-Rioja impartiendo clases semanales de informática a sus beneficiarios.

El programa de estas clases se ajusta a los objetivos principales de los dos centros que alberga la asociación: el Ocupacional y el Centro de Día.

Las personas que desarrollan sus actividades en el Centro de Día, trabajan capacidades comunicativas, expresivas, de compañerismo, ayuda mutua, desarrollo de la autoestima, etc. Las labores de los asistentes al Centro Ocupacional, además, tratan de dirigir su aprendizaje al mundo laboral.

El esfuerzo de los alumnos de estas clases hace que avancen poco a poco hacia una mayor libertad y autonomía personal, siendo cada vez más capaces de responder a sus propias preguntas sin necesidad de nadie, de comunicarse y de conocer, por sus propios medios, qué hay más allá de su rutina diaria.