Esperanzas de futuro

El cumplimiento de la hoja de ruta, marcada por Naciones Unidas para que palestinos e israelíes alcancen un acuerdo de paz, parece estar cada vez más cerca. Al menos así se desprende de las últimas declaraciones del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, quien ha afirmado que si el gobierno de Israel interrumpe totalmente la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados, según lo establecido por la hoja de ruta, podría alcanzarse un acuerdo de paz en el plazo de seis meses.

El atrevimiento de Abbas, el señalar un plazo al acuerdo de paz, se debe a que el representante palestino ha hablado durante las últimas semanas hasta en dos ocasiones con el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak.

En estas conversaciones, Abbas ha pedido a Barak que congele durante al menos medio año la actividad en los asentamientos, incluidos los de Jerusalén Este. Durante ese tiempo, el líder palestino considera que las dos partes podrían sentarse a la mesa de negociaciones e incluso alcanzar un acuerdo definitivo. “Aún no he recibido respuesta”, lamentó Abbas, en una entrevista con el diario Haaretz.

La hoja de ruta establecida por Naciones Unidas contempla el cese de la actividad en los enclaves judíos, entre otras demandas de ambas partes. Abbas ha señalado que por la parte que le corresponde han cesado los ataques terroristas y reconocen a Israel como Estado, como recogen algunas de las peticiones del texto.

“La situación de seguridad en Cisjordania es excelente”, afirmó, contraponiendo la buena voluntad palestina con los “arrestos” o “demoliciones” que cada día sufren los palestinos en los territorios ocupados.

Además, Abbas recordó que durante las anteriores conversaciones, mediadas con Estados Unidos, se hicieron avances e incluso se llegó a poner sobre la mesa la demarcación aproximada del que sería el Estado palestino. La entonces secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rica, mencionó entre las tierras palestinas Cisjordania, la Franja de Gaza, Jerusalén Este, el valle del Jordán, y la zona de Latrun.

Durante estas conversaciones tanto israelíes como palestinos presentaron una sugerencia de mapas, pero finalmente no se llegó a ningún acuerdo y la ofensiva militar sobre la Franja de Gaza terminó por eliminar cualquier esperanza de seguir negociando.

Por otro lado, el presidente palestino ha señalado que durante estas charlas el ex primer ministro hebreo, Ehud Olmert, se mostró de acuerdo con que “lo que fuese árabe quedase en manos árabes”, en alusión a algunas partes de Jerusalén. “En relación a los lugares sagrados, propuso supervisores internacionales”, añadió Abbas.

Además, ambas partes supuestamente acordaron la presencia de una tercera fuerza en Cisjordania y Gaza tras la retirada completa israelí. “Yo sugerí la OTAN y Olmert dijo que los estadounidenses no estarían de acuerdo. Entonces, propuse la Unión Europea, y me explicó que no podría ser. Así que acordamos la presencia de la UNIFIL [las fuerzas de paz de la ONU en Líbano] con los estadounidenses al frente”, agregó Abbas. Esta propuesta contaría con el beneplácito de israelíes, palestinos, estadounidenses e incluso egipcios.

Preguntado por qué ocurriría con la Franja de Gaza si finalmente la Autoridad Palestina encabezada por la facción Al Fatah alcanza sin Hamas un acuerdo con el gobierno de Israel, Abbas aclaró que la milicia no participa en las negociaciones y que cualquier pacto que se alcance será sometido a referéndum.

Respecto a su posible permanencia como líder palestino, Abbas respondió que su “posición final” es el abandono del cargo.

En este sentido, aclaró que no se trata de ninguna “maniobra”, sino simplemente de una renuncia después de que durante su mandato no se alcanzasen los objetivos marcados, especialmente en lo relativo a las estancadas conversaciones de paz.