La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Colapso en Copenhague

Rioja2

0

La Cumbre del Clima se ha colapsado este lunes en todos los sentidos a dos días del desembarco de más de 110 jefes de Estado y de Gobierno en Copenhague [Dinamarca]. Por un lado, dentro del recinto, los africanos decidieron levantarse de las negociaciones porque consideran que los países ricos no quieren avanzar en un recorte profundo de sus emisiones de CO2. Por el otro, fuera del Bella Center, que alberga las conversaciones, miles de personas hicieron cola a la intemperie varias horas para intentar obtener sus acreditaciones.

La decisión de los africanos, defensores de que se prolongue el Protocolo de Kioto y se adopte un acuerdo paralelo para los países que no están en él, trastocó el programa de la COP y empezaron a posponerse ruedas de prensa, como la prevista por la 'troika' europea, en la que se encuentra España como próxima presidenta de la UE, o la que iba a ofrecer el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, Yvo de Boer, junto a un grupo de jóvenes, para hablar del estado de las negociaciones.

Los países africanos se han negado a continuar con las negociaciones a menos que las conversaciones sobre el segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto sea priorizado sobre las discusiones más generales de los compromisos a largo plazo (LCA). Australia, Japón y otros habían conseguido paralizar las discusiones sobre el Protocolo de Kyoto. De las dos vías de negociación abiertas en Copenhague, sólo la del Protocolo de Kyoto incluye mecanismo para la obligatoriedad legal de las reducciones de emisiones por parte de los países ricos”, señalan desde la ONG Oxfam Internacional.

Esta ruptura era algo que no se esperaban las miles de personas que empezaron a hacer cola a las 6.30 horas de la mañana, a dos grados bajo cero, para recoger sus acreditaciones y asistir a la fase decisiva de la Cumbre del Clima. Más de ocho horas permanecieron a la intemperie miembros de delegaciones, compañías, universidades y organizaciones no gubernamentales. Eso los que tuvieron suerte, porque muchos no lograron traspasar la línea de entrada. “Tiene una capacidad de 20.000 personas, y ahora puede que haya 20.000 personas dentro. Hasta que no salgan, nadie más puede entrar”, aseguraba un policía que controlaba el flujo de personas.

Ana Pueyo, investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid, aseguraba que no esperaba este colapso en la organización después de que la Convención hubiera limitado esta semana a la mitad las acreditaciones para miembros de la sociedad civil. “De la politécnica estábamos acreditadas diez personas, pero al final nos han dado sólo cinco pases que debemos turnarnos”, explicó.

Poco antes de las 13.00 horas comenzó a nevar y los ánimos caldeados de los asistentes hicieron surgir gritos de protesta, como el “Let us in” [déjanos entrar] coreado al unísono por personas de diferentes nacionalidades. La protesta sirvió de poco. El café gratis patrocinado por una compañía de aerogeneradores se acabó a las cuatro horas y el gélido ambiente invitaba cada vez más a los entumecidos participantes a aproximarse unos a otros para aprovechar el calor humano mientras intercambiaban comida amistosamente.

La policía insistía con megáfonos: los que tengan suerte y sobrepasen las primeras vallas todavía deberán esperar dos horas para obtener su acreditación y no es seguro que todos puedan entrar. Muchos tuvieron que abandonar y se preguntaban que pasará en los próximos días cuando se supone que la expectación por el final y los nuevos asistentes irá en aumento.

Etiquetas
stats