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La decisión de Obama

Rioja2

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Después de meses de especulaciones y expectación, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha hecho pública su decisión sobre el futuro del Ejército estadounidense en Afganistán. El mandatario ha anunciado que se enviará un relevo de 30.000 soldados a la zona, al tiempo que ha llamado a la unidad nacional e internacional para concluir con éxito esta intervención militar.

Durante un discurso televisado desde la Academia West Point de Nueva York, Obama se remontó a los orígenes de la invasión y recordó los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, subrayando la importancia de que no se repitan hechos similares. Así, y hablando de una guerra que cada vez cuenta con menos apoyo popular, Obama admitió el empeoramiento de la situación de seguridad en Afganistán, pero subrayó que no todo está perdido.

“Si no pensase en la seguridad de Estados Unidos y del pueblo norteamericano está en juego en Afganistán, ordenaría a cada uno de nuestros soldados que regresasen a casa mañana”, ha asegurado.

De esta manera, Obama hizo público su esperado plan y confirmó el envío de 30.000 nuevos efectivos, 10.000 menos de lo solicitado el pasado verano por el comandante de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN Stanley McChrystal. Su intención es revertir los avances talibán y eliminar los feudos en la frontera entre Afganistán y Pakistán, cuyo gobierno combate a los mismos enemigos que Estados Unidos, según destacó el propio Obama.

Estados Unidos, que cuenta actualmente con 68.000 soldados desplegados en Afganistán, se dejará en este nuevo refuerzo 30.000 millones de dólares (unos 20.000 millones de euros) sólo durante este ejercicio. En total, sólo en un año la guerra en el país asiático habrá costado 95.000 millones de dólares.

“No hay una amenaza inminente de que el gobierno vaya a ser derrocado, pero los talibán han ganado peso”, admitió, descartando que el escenario sea peor que antes de la invasión, en 2001. El inquilino de la Casa Blanca sugiere en este sentido que las tropas de Estados Unidos favorezcan el adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas. “A corto plazo, el statu quo es insostenible”, lamentó.

El relevo de los 30.000 nuevos soldados comenzará a llegar “al ritmo más rápido posible”, lo que significaría completar el refuerzo previsiblemente antes del próximo verano. El objetivo último es comenzar el repliegue “en julio de 2011”.

“Como hemos hecho en Irak, realizaremos esta transición de forma responsable, teniendo en cuenta las condiciones sobre el terreno”,

dijo Obama. La intención es que, con ayuda, las fuerzas afganas logren controlar su propio país con éxito “a largo plazo”. “Tiene que quedar claro para el gobierno afgano y, más importante, para el pueblo afgano, que serán los responsables últimos de su propio país”, agregó.

Para Obama, la nueva estrategia que plantea en Afganistán y Pakistán tiene tres objetivos. El primero de ellos consiste en eliminar los feudos talibán desde los cuales germina el terrorismo. Además, Washington pretende reducir el actual auge islamista y garantizar la estabilidad del gobierno, algo que se lograría en parte con el tercero de los objetivos: el refuerzo de las fuerzas de seguridad locales.

Por otro lado, Obama no quiere quedarse solo en uno de sus mayores retos como presidente y se mostró “confiado” en que los países de la OTAN secundarán el aumento militar estadounidense. “Nuestros amigos han luchado, sangrado y muerto junto a nosotros en Afganistán [...]. Ahora, debemos terminar esta guerra con éxito”.

Contribución de los aliados

El gobierno de Estados Unidos confía en que los países aliados contribuyan con entre 5.000 y 7.000 nuevos soldados, según reconoció el secretario adjunto de Defensa David Sedney. “Esperamos contribuciones de entre 5.000 y 7.000 efectivos que los aliados ya han anunciado o que comprometerán en las próximas semanas”, aseguró, en declaraciones a Reuters.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, comparte la opinión de la Casa Blanca y ha afirmado que confía en que entre los países aliados se comprometa el envío de al menos 5.000 nuevos soldados a Afganistán.

Rasmussen ha destacado que 43 países participan en el despliegue internacional en Afganistán. “Confío en que otros aliados también harán un aumento sustancial de sus aportaciones”, aseguró el máximo dirigente de la OTAN. De hecho, Rasmussen no descartó que incluso se logren “algunos miles más” de los 5.000 que él sugiere.

El responsable de la OTAN ha señalado que “no es una misión únicamente de Estados Unidos”, que ha adoptado “la decisión correcta” al anunciar el envío de 30.000 nuevos efectivos a la zona el próximo año. Todo ello ayudará, según Rasmussen, a que 2010 marque un punto de inflexión en el traspaso de competencias a las fuerzas de seguridad y el Ejército afganos.

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