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El derecho a regresar

Europa Press

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Amnistía Internacional (AI) ha condenado la decisión de las autoridades marroquíes de expulsar de Sáhara Occidental a la activista saharaui Aminetu Haidar, quien permanece desde el pasado sábado en el aeropuerto de Lanzarote, y ha instado a las autoridades de Rabat “a que le permitan inmediatamente regresar a su casa en El Aaiún”, capital de la antigua colonia española.

Asimismo, ha pedido a las autoridades españolas que “no obliguen a una persona a entrar en España en contra de su voluntad” y que “intercedan en favor” de la activista y faciliten su regreso a El Aaiún, “aun no teniendo pasaporte”, ya que el propio Reglamento de Extranjería “ofrece la posibilidad de salida con documentación defectuosa o sin documentación”.

En un comunicado difundido hoy miércoles, Amnistía Internacional instó a las autoridades marroquíes a que cumplan sus obligaciones internacionales en virtud del artículo 12.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que establece que “nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país”.

“Debe permitirse a Aminetu Haidar regresar a El Aaiún de forma inmediata e incondicional, y las autoridades marroquíes deben devolverle sin dilación sus documentos de viaje y de identificación”, manifestó la organización. “Asimismo, las autoridades deben devolver los documentos de viaje y de identidad que les fueron confiscados a otros seis activistas saharauis detenidos en el mes de octubre, y respetar su derecho a la libertad de circulación”, añadió.

Asimismo, Amnistía Internacional considera que las autoridades españolas “no deben obligar a una persona a entrar en España en contra de su voluntad, ya que no tiene ningún procedimiento judicial abierto que así lo indique”. A juicio de AI, Haidar está “en el punto de mira por su labor en defensa de los Derechos Humanos y su posicionamiento público en apoyo de la libre determinación del pueblo de Sáhara Occidental”.

Por ello, considera que “las autoridades españolas deben interceder a favor de Aminetu Haidar y facilitar su salida de España para que regrese a El Aaiún en condiciones de seguridad y con todas las garantías para su integridad física, aun no teniendo su pasaporte, ya que el artículo 19.3 del Reglamento de Extranjería ofrece la posibilidad de salida con documentación defectuosa o sin documentación”.

En su comunicado, Amnistía indicó que la expulsión de Aminetu Haidar, que recibió el premio Robert F. Kennedy de Derechos Humanos en 2008, “es la última de una serie de medidas adoptadas por las autoridades marroquíes contra los defensores y defensoras saharauis de los Derechos Humanos y las personas que luchan por la libre determinación del pueblo de Sáhara Occidental”.

Al respecto, recordó que el pasado mes de octubre, las autoridades marroquíes confiscaron los documentos de viaje de seis activistas saharauis --Sidi Mohamed Daddach, Ahmed Sbai, Laarbi Massoud, Atig Brai, Ibrahim Ismaili y Sultana Khaya-- para impedirles viajar a Mauritania y España.

El 6 de noviembre, en un discurso conmemorativo del 34 aniversario de la Marcha Verde, cuando Marruecos ocupó militarmente el entonces territorio español de Sáhara Occidental en 1975, el rey Mohamed VI advirtió de que no se toleraría ningún desafío a la “integridad territorial” de Marruecos y advirtió de que “no es posible disfrutar de los derechos de ciudadanía y renunciar a ellos al mismo tiempo conspirando con los enemigos de la patria”. Estas palabras, a juicio de AI, darían a entender que se podría despojar de la nacionalidad marroquí a los saharauis que luchan por la autodeterminación “por expresar sus opiniones”.

Aminetu Haidar, presidenta del Colectivo de Defensores Saharauis de los Derechos Humanos

, fue interceptada por agentes de seguridad a su llegada al aeropuerto de El Aaiún el 13 de noviembre de 2009 tras haber pasado un mes de viaje en el extranjero, durante el cual recibió un prestigioso galardón de Derechos Humanos en Estados Unidos. Los agentes, según Amnistía, se fijaron de forma especial en que en la tarjeta de desembarque figuraba que su domicilio está en Sáhara Occidental en lugar de “Sáhara marroquí”.

Los agentes se llevaron a Haidar a un lugar aparte y fue interrogada por un grupo de unos 15 agentes de la policía judicial y agentes de seguridad en presencia del fiscal general de la Corona en El Aaiún. Le preguntaron sobre sus creencias políticas y actividades en materia de Derechos Humanos, qué había hecho durante su viaje en el extranjero y quién lo había pagado, y sobre el tratamiento médico que había recibido en España.

Al cabo de unas horas, mientras se encontraba aún retenida en el aeropuerto, la obligaron a enfrentarse a un pariente y otras personas saharauis que intentaron disuadirla para que dejase de luchar por la autodeterminación del pueblo de Sáhara Occidental, “cosa que ella rehusó hacer”, tras lo cual se le pidió que firmara una declaración policial y se le confiscaron el pasaporte y otros documentos de identificación, emitidos por las autoridades marroquíes.

A la mañana siguiente, los agentes le dijeron que la pondrían en libertad si reconocía públicamente la soberanía marroquí sobre Sáhara Occidental. Aminetu Haidar se negó a hacerlo y horas más tarde los agentes de seguridad la subieron a un vuelo con destino a Lanzarote, en las Islas Canarias, y la expulsaron de Sáhara Occidental. Durante las casi 24 horas que había permanecido detenida en el aeropuerto de El Aaiún sólo se le había permitido realizar una breve llamada telefónica a su familia para que le trajeran comida, previa advertencia de no contarle nada sobre la situación en que se encontraba.

Según Amnistía, desde que llegó al aeropuerto de Lanzarote, Aminetu Haidar ha insistido en reclamar que se le permita regresar a El Aaiún y el pasado domingo, 15 de noviembre, inició una huelga de hambre como forma de protesta por su expulsión forzosa. De noche duerme en una ambulancia proporcionada por Cruz Roja, mientras aumentan los motivos de preocupación por su salud. Haidar padece anemia y tiene una úlcera.

El 14 de noviembre, la agencia de prensa oficial de Marruecos manifestó que Aminetu Haidar se había marchado a las Islas Canarias por no haber querido seguir el procedimiento policial habitual en los aeropuertos, y que había “renunciado” a su nacionalidad marroquí y “reconfirmado” su apoyo a los “separatistas”.

Al día siguiente, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taieb Fassi-Fihri, repitió las mismas declaraciones: que Haidar había “renunciado a su ciudadanía marroquí”. Haidar, que viaja con frecuencia, dice que lleva desde 2006 cumplimentando las tarjetas de desembarque de la misma manera, sin identificarse como ciudadana marroquí e indicando que su domicilio se encuentra en Sáhara Occidental.

Según AI, “durante años, Aminetu Haidar ha desempeñado un papel destacado en campañas organizadas para pedir la liberación de presos de conciencia y presos políticos saharauis, así como a la hora de concienciar sobre las violaciones de Derechos Humanos que se cometen en Sáhara Occidental”. “Ha sido víctima de desaparición forzada, recluida sin cargos ni juicio en centros secretos de detención desde 1987 a 1991”, afirmó la organización.

“En 2005, fue condenada a siete meses de cárcel en un juicio injusto por diversos cargos relacionados con su presunta participación en protestas en Sáhara Occidental”

, prosiguió. Antes de su detención, “precisó tratamiento hospitalario debido a las lesiones producidas por los golpes que le propinaron miembros de las fuerzas de seguridad cuando se dirigía a una manifestación en El Aaiún”, concluyó.

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