Uno de cada diez casos de disfunción eréctil requiere un implante

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Uno de cada diez casos de disfunción eréctil requiere un implante de prótesis de pene, según los organizadores del VI Curso de Cirugía de Implante de Prótesis de Pene, que ha impartido el Centro de Urología, Andrología y Salud Sexual en los quirófanos de la clínica Rotger y que coincide con la 1ª Reunión del Grupo Español de Expertos en Implantes de Prótesis de Pene, que se acaba de constituir. En España se realizan más de 300 intervenciones al año, aunque el número de personas que se podrían beneficiar de estas técnicas es muy superior, ya que, según una reciente encuesta, casi uno de cada cuatro hombres sufre disfunción eréctil.

Los implantes son unos cilindros de silicona o bioflex (sustancia biocompatible), de estructura anatómica, que se introducen en los cuerpos cavernosos del pene, “y producen la rigidez necesaria para una buena y adecuada relación sexual”, destaca Rosselló Barbará, director del Centro de Urología, Andrología y Salud Sexual y pionero de estos implantes en los años 80. “Desde entonces se ha incrementado la seguridad y mejorado los materiales y la eficacia con intervenciones mínimamente invasivas y en poco tiempo. Con los años, las prótesis se han modernizado y han avanzado en proporcionar naturalidad en la relación sexual del hombre que la lleva implantada”, añade.

La intervención dura una media de 45 minutos con anestesia local o loco-regional. En la actualidad existen diferentes vías y técnicas para la implantación de la prótesis. Pueden realizarse cuatro tipos de incisión posibles: la incisión infrapúbica (en el abdomen, por encima del pene), la incisión en el cuerpo del pene, la incisión subcoronal y la incisión escrotal. Al ser una cirugía poco agresiva, el postoperatorio no requiere cuidados especiales: el paciente puede abandonar la clínica entre 12 y 24 horas después de la intervención, salvo en los pacientes diabéticos, a los que se les aconseja un mínimo de 48 horas. A las 3 ó 4 semanas de adaptación se puede reiniciar la vida sexual normal.

Existen diferentes tipos de prótesis. “La elección de la más adecuada para cada caso dependerá de la anatomía del pene, de la patología que conduzca a implantar la prótesis, y del tipo de actividades que el paciente realiza, por lo que es aconsejable consultar al urólogo o andrólogo”, explica el doctor Rosselló. “Lo importante –añade- es que la persona pueda lograr una calidad de vida que de otro modo no tendría. La disfunción sexual es una de las causas más importantes de depresión y ansiedad en el varón, ya que puede limitar la autoestima”.

La disfunción eréctil puede ser causada por factores psicológicos, farmacológicos, neuronales, hormonales y vasculares, entre otras. Estos últimos son los más frecuentes en la madurez. El pene no puede acumular la sangre necesaria para producir una erección y los tratamientos orales no siempre son eficaces. Algunos de los factores que pueden provocarlo son el tabaco, la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado y otras enfermedades cardiovasculares.

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