Vaclav Klaus no garantiza su firma

Una de las preocupaciones manifiestas del presidente checo, Vaclav Klaus con respecto al tratado de Lisboa, implica que la protección de la propiedad y el derecho a una compensación en caso de expulsión forzada de la Unión, sean herramientas para que los alemanes erradicados de Checoslovaquia interpongan denuncias a ésta. Por su parte, el gobierno alemán considera que las reivindicaciones de Klaus llegan “demasiado tarde”.

Hasta que este punto no esté convenientemente acordado, Klaus no estampará su firma, la última necesaria, para la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

El primer ministro checo, Jan Fisher se ha reunído con el presidente del ejecutivo comunitario, Durao Barroso, para aclarar las intenciones de su país con respecto a la firma del Tratado. Ha declarado que, con esta firma, “la reputación de República Checa está en juego”, y que su objetivo es la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2010.

Durao Barroso ha declarado que, si no ratifica Lisboa, la República Checa se arriesga a perder a su comisario europeo. El presidente del ejecutivo comunitario también destacó que, en las reuniones que mantiene desde ayer con Fischer, el premier checo está haciendo “todo lo que puede”.

La actitud de Klaus comienza a poner en peligro la entrada en vigor de Lisboa en la fecha establecida, por lo que el pueblo checo se ha volcado en pedirle de manera masiva la firma inmediata del tratado. Las delegaciones de Jóvenes Federalistas han enviado a su presidente 27 bolígrafos para instarle a firmar.