Ánimos para los militares españoles

Tras la muerte del cabo Cristo Ancor Cabello, la ministra de Defensa, Carme Chacón, se ha trasladado a Herat para repatriar el cadáver del militar y expresar a los compañeros del fallecido su apoyo para continuar la misión en Afganistán dentro de la fuerza multinacional, a pesar de las dificultades y de la pérdida de vidas humanas.

“Sabemos que continuaréis con ánimo vuestra misión. Sabemos que todos los españoles os necesitamos”, dijo la ministra de Defensa, que también expresó al contingente “el afecto, la solidaridad y la confianza” en nombre del Rey y de toda la sociedad española.

En el ataque también resultaron heridos cinco militares españoles, de los cuales cuatro permanecerán en la base por su deseo de completar la rotación de su misión en el país asiático, que concluirá en tres semanas.

El quinto de los heridos, que sufre diversos traumatismos ocasionados por la explosión del artefacto al paso del vehículo blindado, regresará a España junto con la ministra.

Durante la visita, el coronel español Juan Carlos Aparicio, número dos del mando regional oeste, expuso a Chacón las primeras conclusiones de la investigación del ataque. Aparicio le informó de que el atentado tuvo lugar en un barrio “muy conflictivo” al sur de Herat y con una “alta” concentración de insurgentes.

Después de su visita a la base, Chacón emprenderá el vuelo de regreso con el féretro de Cabello con destino a Las Palmas de Gran Canaria, donde se oficiará el funeral y será enterrado.

El Ministerio de Defensa ha declarado que “todos los indicios” apuntan a que ese ataque no iba dirigido “específicamente” contra las tropas españolas. Según los primeros informes recibidos de zona de operaciones, el atentado en Herat fue provocado por la explosión de una mina antitanque que fue activada por presión.

“Todos los indicios recabados apuntan a que no se trata de un atentado dirigido específicamente contra las Fuerzas Armadas españolas

desplegadas en la zona“, admite el Ministerio.

Por otro lado, según los primeros datos, se ha conocido que la explosión que acabó con la vida del cabo español, fue provocada por una mina antitanque activada por la presión de las ruedas del vehículo Blindado Medio de Ruedas (BMR) en que viajaba el fallecido y los otros cinco militares heridos.

Los especialistas del Ejército de Tierra desplazados al lugar de la deflagración para investigar lo sucedido han constatado que el artefacto era una mina antitanque y están ahora evaluando la carga de explosivo que contenía.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha expresado sus condolencias a la familia del militar español fallecido y mostró su “simpatía” por todas las familias afectadas por las bajas en Afganistán.

Además, dijo que esperaba que los españoles entiendan que su presencia en el país asiático es para luchar contra el terrorismo y garantizar su propia seguridad.

“Es por nuestra propia seguridad, no podemos permitir que Afganistán, una vez más, se convierta en un santuario de terroristas. Si lo hacemos, el terrorismo se extenderá fácilmente desde Afganistán hacia Asia Central y más allá. Todos seremos objetivo”, ha alertado Rasmussen.

“Creo que España, lamentablemente, está muy familiarizada con el azote del terrorismo. Por lo tanto, creo que la gente tiene que entender por qué estamos en Afganistán”, ha señalado Rasmussen. “El riesgo de desestabilización el vecino Pakistán”, una potencia nuclear.“sería muy peligroso”, ha recalcado el secretario de la OTAN.

En todo caso, dijo entender que la gente esté “un poco impaciente” y que a todo el mundo le gustaría ver “avances rápidos en el terreno”, motivo por el cual puso el acento en la importancia de reforzar la capacidad de los afganos para transferirles el liderazgo y que se hagan cargo de su propia seguridad.

Rasmussen ha indicado que los ciudadanos cuyos países contribuyen con tropas a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) necesitan “ver una luz al final del túnel” y ha garantizado que esa luz será “gradualmente traspasada” a la responsabilidad de los propios afganos, “provincia por provincia” a medida que se desarrollen las capacidades de sus propias fuerzas de seguridad.