Por el fin de los desalojos forzosos

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Con motivo del Día Mundial del Hábitat, la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha querido llamar la atención de la opinión pública sobre los desalojos forzosos que se están realizando en el continente africano.

Según la organización miles de personas son obligadas a abandonar sus casas en muchos países africanos en las peores condiciones, “sin el debido proceso, sin consultar con las personas afectadas, sin avisarles con antelación y sin indemnizarlas. Los funcionarios que los llevan a cabo a menudo recurren al uso excesivo de la fuerza contra los residentes”, afirma AI.

“Es completamente inaceptable que en toda África los gobiernos sigan violando el derecho regional e internacional, incluida la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos”, ha declarado Erwin van der Borght, director del Programa Regional para África de Amnistía Internacional.

“Los gobiernos tienen la responsabilidad de asegurarse de que en África no se llevan a cabo más desalojos forzosos y de que las víctimas de esta práctica reciben un alojamiento alternativo adecuado y pueden interponer recursos efectivos”, ha subrayado van der Borght.

Amnistía Internacional ha documentado casos de desalojos forzosos en Angola, Chad, Egipto, Ghana, Guinea Ecuatorial, Kenia, Nigeria, Suazilandia, Sudán y Zimbabue, entre otros países africanos.

“La consecuencia de los desalojos forzosos no es sólo que las personas pierden sus hogares y sus bienes, sino que después tal vez no puedan acceder al agua potable, la alimentación, los servicios higiénicos, el trabajo, la salud y la educación”, ha dicho Erwin van der Borght.

Los casos más recientes se han producido en Angola y en Kenia, donde miles de personas han sido desalojadas el pasado verano. En Angola, entre el 20 y el 26 de julio, unas 3.000 familias fueron víctimas de desalojo forzoso en los barrios colindantes de Iraque y Bagdad de la capital, Luanda. Demolieron sus casas, destruyeron sus posesiones y las dejaron sin techo.

En Kenia, en julio de 2009, unas 3.000 personas fueron desalojadas a la fuerza de sus hogares en la aldea de Githogoro, situada en la capital, Nairobi. Los desalojos se llevaron a cabo sin avisar adecuadamente ni realizar ninguna consulta con las personas afectadas. Muchas personas quedaron sin techo, viéndose obligadas en algunos casos a vivir entre los escombros de sus antiguas casas, sin acceso a agua limpia, alcantarillado ni atención a la salud.

Pero el problema de los desalojos forzosos no sólo se registra en África, también países asiáticos y europeos llevan a cabo estas prácticas que violan el Derecho Internacional. El caso más reciente es el que ha tenido lugar en Francia, donde el pasado 25 de septiembre cientos de migrantes y solicitantes de asilo corren peligro inminente de desalojo forzoso de los campamentos próximos a Calais, en el norte del país.

Imágenes cedidas por: ADAM/Amnistía Internacional

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