Libertad para los desplazados ceilandeses

La ONG Human Rights Watch ha solicitado a los mandatarios presentes en la Asamblea General de la ONU, así como a los asistentes del G-20 en Pittsburg, más presión para conseguir la liberación de los 26.000 civiles tamiles hacinados en campos de concentración en Sri Lanka.

La mayor preocupación de la organización es debida a las condiciones de insalubridad en las que residen estas personas en los campos, y la posibilidad de que las autoridades ceilandesas comentan abusos contra los excombatientes tamiles. Acusan al gobierno de Sri Lanka de no haber sido “abierto y honesto”, al no dar una fecha para que los desplazados puedan regresar a sus casas.

Anteriormente, desde la capital de Sri Lanka se había anunciado la liberación de 10.000 desplazados, pero HRW afirma que no han sido liberados, sino trasladados a otros campos más cercanos a sus hogares.

Naciones Unidas está de acuerdo en que el gobierno ceilandés ha incumplido sus promesas sobre que permitiría el regreso de los desplazados una vez terminadas las ofensivas contra los tamiles. La razón que aportan desde el gobierno es que estas personas no pueden ser liberadas, porque correrían el riesgo de pisar minas aún activadas en las inmediaciones de las zonas donde se desarrollaron los combates.