La UE pide sancionar a los bancos que paguen bonus excesivos a sus directivos

Europa Press

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“Desde nuestro punto de vista, la burbuja de los bonus pinchó esta noche”, dijo el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, en rueda de prensa al término de la reunión. “Los bancos, algunos de los cuales deben su supervivencia al apoyo masivo del dinero de los contribuyentes, no deben aprovecharse de sus buenos resultados en el futuro y pretender que la crisis fue un contratiempo menor. Esto sería una provocación para los ciudadanos europeos, especialmente teniendo en cuenta la fuerte subida del paro”, dijo.

“No podemos aceptar que los beneficios de los bancos sean privados y que sus pérdidas deban ser asumidas por los contribuyentes”, resaltó Reinfeldt.

“Nuestros ciudadanos están horrorizados ante las informaciones de que los bancos que han recibido dinero público están pagando bonus exorbitantes. En el G-20, insistiremos en la necesidad de una actuación internacional coordinada y decidida”, dijo por su parte el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, por su parte, destacó que Europa está “unida en un mensaje político fuerte: no queremos que esto vuelva a empezar y que los escándalos de los bonus y los comportamientos irresponsables puedan prosperar con el pretexto de que el mercado bursátil se recupera”. “No hay que volver a la estructura de bonus del pasado. No aceptaré la vuelta a los viejos tiempos, tal y como algunas instituciones quieren hacer”, afirmó a su vez el primer ministro británico, Gordon Brown.

“Toda la UE, y España también, es partidaria de una regulación exigente y estricta en lo que afecta a las retribuciones de los altos directivos de las entidades financieras. Estricta y exigente, que no favorezca comportamientos que de una u otra manera han llevado a alguna entidad financiera a la situación de crisis que hemos vivido”, señaló el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tanto Reinfeldt como Barroso pidieron al presidente estadounidense, Barack Obama, que hasta ahora ha rechazado la posibilidad de imponer topes a las primas de los directivos, que se sume a la posición europea, y recordaron que la crisis tuvo su origen en EEUU. “Espero que el presidente Obama utilice su gran capital político para implicar a los Estados Unidos en estos principios de gobierno mundial”, dijo Barroso, que aseguró que aunque no haya acuerdo en Pittsburgh, la UE impondrá restricciones a las primas de los directivos.

Sarkozy se mostró convencido de que Obama respaldará las medidas propuestas por la UE. “Veo lo que dice, leo su discurso y está comprometido. También dice que no quiere eso otra vez”, explicó.

En las conclusiones aprobadas en la cumbre, los Veintisiete piden al G-20 “limitar el total de las remuneraciones variables en un banco ya sea en función de una determinada proporción de la remuneración total o de los ingresos/beneficios del banco”. Las primas a los banqueros deben fijarse “a un nivel apropiado en relación con la remuneración fija y deben hacerse dependientes del rendimiento del banco, las unidades de negocio y las personas, teniendo debidamente en cuenta los resultados negativos para evitar que los bonus estén garantizados”, resaltan las conclusiones de la cumbre.

La UE solicita además que “durante un periodo de tiempo apropiado se impida (a los directivos) ejecutar las opciones sobre acciones o vender las acciones recibidas” y que se aumente la transparencia sobre las remuneraciones de los directivos. El objetivo de estas medidas es evitar la asunción de riesgos excesivos a corto plazo por parte de los directivos bancarios, una práctica que los dirigentes europeos consideran que está en el origen de la crisis financiera.

Por lo que se refiere a los grandes bancos, los líderes europeos dicen que “el G-20 debe reforzar la vigilancia de las instituciones financieras de importancia sistémica endureciendo sus requisitos de supervisión, por ejemplo a través de pruebas de estrés hechas a medida, planes de emergencia y reservas de capital”. La canciller alemana, Ángela Merkel, reclamó estos planes para los grandes bancos con el objetivo de que no puedan “presionar” o colocar en “situación difícil” a los Gobiernos nacionales en caso de riesgo de quiebra.

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