Se inaugura mañana el retablo restaurado de la Iglesia de Grávalos
La Fundación Caja Rioja ha recuperado el Retablo Mayor de la Iglesia Parroquial de Santa María de la Antigua de Grávalos. Para celebrarlo, ha organizado una misa cantada mañana, 6 de septiembre, a partir de las 12.00 horas a cargo del Orfeón Logroñés.
Según informó la Fundación, el Retablo Mayor de Grávalos se realizó entre 1685 y 1697 por Francisco de San Juan y Velasco en la mazonería, y fue dorado y policromado por Diego Pérez Manrique, Nicolás Lázaro Ruiz y Manuel García Varela.
Señaló que se trata de un retablo con banco, cuerpo de tres calles y ático con columnas salomónicas de uvas y pilastras. De estilo barroco, añadió, presenta una arquitectura tallada de manera muy protuberante. Destacó, además, la minuciosidad decorativa.
Realizado en madera de nogal mide 743 centímetros de alto y 625 centímetros de ancho y contiene iconográficamente relieves en el banco relativos a 'La Anunciación' y 'La Sagrada Familia', tallas de tamaño natural de San Juan y la Virgen en el primer cuero y un Calvario en el ático con crucifijo romanista del siglo XVI. Santa María de la Antigua es la talla del siglo XIV de la Virgen titular del retablo, muy repintada.
Caja Rioja relató cómo presentaba suciedad generalizada y ennegrecimientos del dorado con oxidación de los barnices y un ataque generalizado de xilófagos en la masonería debilitando algunas zonas y posibilitando fracturas de algunos elementos de talla.
La humedad transmitida a través del sotabanco de piedra, dijo, debilitó la adherencia cuando no desprendió estratos pictóricos. Se observaban, por tanto, agrietamientos del soporte en las tablas de los relieves, mecanizaciones para la instalación de estructuras, restos de cera, lagunas de policromía.
Así, se ejecutó una limpieza general del polvo, toma de muestras de policromía, consolidación del soporte, reproducción de las faltantes, fijación de los estratos pictóricos y dorados, encolado, eliminación de restos, barnices oxidados y purpurinas, estucado de lagunas, reintegración de dorados, barnizado, reintegración cromática y protección final.
En la actuación primó la conservación del retablo frente a otro criterio, intentando recuperar la percepción estética original reproduciendo solo las formas que no supusieran invención de forma y documentadas adecuadamente, con procesos reversibles.
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