Ataques racistas en Moscú
El último informe de la Capellanía Protestante de Moscú indica que aproximadamente el 60 por ciento de africanos que viven en Moscú han sido atacados físicamente en asaltos motivados por su raza, el estudio indica que los africanos que trabajan o estudian en la ciudad viven en un miedo constante de ser atacados.
Un cuarto de las 200 personas africanas entrevistadas ha indicado que había sido atacado en más de una ocasión, y cerca del 80 por ciento ha afirmado que había sido insultado.
A pesar de estas cifras, el número de ataques es inferior a la última encuesta que realizó este organismo en el año 2002. La conclusión del informe es que los africanos que viven en Rusia lo hacen prácticamente en un estado de sitio.
Muchos de los encuestados africanos respondieron que evitan utilizar el metro de Moscú, intentan evitar los lugares públicos frecuentados por masas y no salen durante los días de festividades nacionales rusas o en los días en los que se celebran partidos de fútbol.
La mayoría de los ataques contra africanos son premeditados y extremadamente violentos, según el informe. Un inmigrante nigeriano, ha declarado que en una ocasión, había sido golpeado en repetidas ocasiones en la espalda y posteriormente disparado. Otro inmigrante ha afirmado que su atacante intentó quitarle el cuero cabelludo. Oficialmente, hay cerca de 10.000 africanos viviendo en Moscú, pero se cree que un número mayor vive de manera ilegal.
La Capellanía Protestante de Moscú asiste a la comunidad extranjera que vive en la capital rusa desde 1962. La organización afirma que las minorías raciales “se enfrentan a una serie de dificultades”, como “la comprobación frecuente de sus documentos por la Policía, el acoso verbal y los ataques físicos”.
Estudiantes africanos han preparado una serie de recomendaciones, tanto para visitantes como para residentes, y las han publicado en la página web de la Capellanía Protestante. Entre estos consejos se pide que eviten moverse solos por la ciudad, que caminen rápidamente hacia sus destinos y se sienten cerca de los conductores o de los ancianos.
También indican que las estaciones de metro a evitar, o acciones a tomar en situaciones de acoso verbal, señala que “se haga como si no se entendiera ruso” y que los inmigrantes se alejen del grupo o del sujeto y que si es necesario, salgan corriendo.
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