Un Athletic ramplón se clasifica para la fase de grupos

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El Athletic Club se clasificó para la fase de grupos de la nueva UEFA Europa League a pesar de su juego ramplón y en ocasiones falto de ambición, al lograr un empate, gracias a un gol de penalti de Javi Martínez, ante un Tromso superior que le puso contra las cuerdas hasta el final.

El conjunto rojiblanco logró defender la ligera ventaja de 3-2 que se traía de la ida de este 'play-off', y estará este viernes en el sorteo que se celebrará en Mónaco, aunque mucho deberá mejorar si quiere hacer un papel digno en la nueva UEFA.

La ambición y necesidad del conjunto local, unido a su aclimatación al terreno artificial, se tradujo en un ligero dominio territorial en los primeros minutos, con varios centros al área. En el minuto 7, Moldskred, que ya fue una pesadilla para la defensa rojiblanca en San Mamés, firmó la primera gran oportunidad del Tromso para abrir el marcador, con un zurdazo que se fue fuera por muy poco. Unos segundos antes, Toquero lanzó un tiro raso que no cogió descolocado a Ramovic.

El Tromso continuó su ofensiva con un disparo de Knarvik con la derecha que se fue por encima del arco de Iraizoz y un balón centrado al punto de penalti de Moldskred que atrapaba el meta navarro.

El Athletic, mientras, lograba mantener controlado a duras penas al conjunto lapón, pero sin inquietar a Ramovic. Un centro al área de Toquero, un remate con la derecha de Susaeta que despejó un defensa, un zurdazo potente pero nada colocado de Yeste, un mal remate de cabeza de Javi Martínez y un remate con la zurda de Susaeta fueron las tímidas acciones de un Athletic que no conseguía combinar con éxito, carecía de verticalidad y de llegada.

El conjunto de Per-Mathias Hogmo, aprovechándose de las facilidades que le daba atrás su rival, de los fallos en defensa (muy flojos los centrales Ocio y Amorebieta, que había arrastrado problemas físicos durante la semana) y de la velocidad de Lindpere y Molskred volvió a la carga y puso de nuevo sobre la mesa su dominio.

Un disparo fortísimo de Javi Martínez con la zurda en el 38 que se fue alto y, sobre todo, un remate con la derecha de Susaeta desde dentro del área, aliviaron la presión. Pero, en el último minuto de la primera parte, Lindpere puso el corazón en un puño a los dos centenares de aficionados rojiblancos que se hallaban en las gradas. A pase de la muerte de Moldskred, el estonio cogía descolocada a la defensa bilbaína y lanzaba un disparo envenenado que milagrosamente se fue fuera lamiendo la cepa del poste derecho de Iraizoz.

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