Aparecen nuevos datos sobre la querella contra Gartner KG

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Tras la repercusión que ha suscitado el caso de la empresa denunciada por querer “eliminar” a dos empleados por ser homosexuales, el diario El País ha desvelado más detalladamente algunos de los motivos por los cuales se atrevieron a denunciar a su superior y a la empresa por permitirlo.

“Mi jefe me llamó enfermo por ser gay. Quiero que lo echen”, declara abiertamente Juan Torres, de casi 40 años, ante la sede de la empresa Gartner KG, multinacional austriaca de transporte y logística. “Ha cometido un delito. Ha hecho cosas que ni las leyes ni la sociedad del siglo XXI toleran. Así que tiene que pagarlo”, continúa. La querella, elaborada por el letrado David Aineto, del despacho Aequo Advocats, acusa a los responsables de la firma de los delitos de revelación de secretos (por difundir la condición de gay tanto de Torres como de su compañero de trabajo Gerald Rainer), injurias de contenido homófobo y discriminación por razón de orientación sexual.

Torres explica que al principio la relación con su jefe era “impecable”, pero se empezó a deteriorar cuando éste, siempre según su versión, le hizo saber que un compañero era “mariquita”. “Ahí empecé a mosquearme. ¿Qué pasa, que me lo decía a mí porque se me notaba menos que era gay?”, comenta. Tras las vacaciones del año pasado la situación se degradó, Torres y su compañero Rainer se enviaban correos electrónicos (personales y laborales) que eran espiados por su jefe. “Empezó a humillarme públicamente y a montarme unas broncas espectaculares”. Torres acabó de baja por depresión al no soportar el acoso. “Nos explicábamos qué habíamos hecho el fin de semana, como hace todo el mundo”, explica Torres sobre los correos. La empresa le despidió hace unos meses y ahora está en paro.

Pero un despiste de su jefe les permite ahora acreditar con pruebas su versión. “Un día estábamos solos en la oficina y vimos un papel en la impresora”, explica Torres. Se trataba de una copia del correo electrónico (en alemán) que el gerente había enviado a su superior. “Decía que había descubierto que desgraciadamente somos gays, y que estaba harto de nosotros, unos enfermos”. También le informaba sobre ciertos “e-mails guarros” que ambos se enviaban. Un giro insospechado que les ha llevado a emprender una batalla legal que sin duda marcará un antes y un después, y que ha hecho que Torres se recupere de su depresión e incluso el humor. “Me estoy divirtiendo”, le cuenta ahora al diario El País, según recoge el portal de información LGBT dosmanzanas.com.

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