La vacuna contra la gripe A, en septiembre

Estados Unidos va a ser uno de los primeros países en tener la vacuna contra la nueva gripe. Los ensayos que se llevan a cabo en China, Australia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos permitirán que se autorice la terapia entre septiembre y octubre. En Europa el proceso de aprobación es más lento porque se requieren pequeños ensayos clínicos. En otros lugares, las autoridades sanitarias dan por segura la terapia porque es una variación de la vacuna de la gripe estacional, con la nueva cepa del virus (H1N1).

Los trabajos, que realizan diversas compañías farmacéuticas, empezaron el pasado mes de julio y, según indicaba Marie-Paule Kieny, directora de la Iniciativa para Investigación de Vacunas de la OMS, van cumpliéndose los plazos previstos.

Paule Kieny aclaraba en un encuentro con los medios que en principio no hay una preocupación especial por la seguridad de la nueva terapia: “Aunque se dan casos de reacciones adversas, en general las vacunas son tratamientos bastante seguros. Lo que sí cabe pensar es que, dado que la campaña de vacunación será masiva, se presenten casos de efectos adversos 'indirectos': problemas de salud que se habrían presentado de todas formas pero que quizá se adelantan con la administración de la vacuna”.

“Con todo -matizaba- sí hay que recordar que la tecnología que se emplea en la elaboración de la vacuna se ha usado siempre para la gripe estacional, y que la preocupación no debería ser mayor por tratarse de esta cepa específica del virus”. También añadía que, independientemente de las exigencias de las autoridades sanitarias de cada país, la intención de todos los fabricantes es llevar a cabo pruebas con sus respectivas vacunas.

Sobre si habrá vacunas para todo el mundo, indicaba que “en el mejor de los casos” los fabricantes pueden llegar a producir 94 millones de dosis semanales, pero si los ensayos demuestran que hacen falta dos dosis por persona o no se dan esas condiciones óptimas, las previsiones no serían tan optimistas. “Es pronto para decir que va a haber vacunas para todos”, repetía.

También indicaba que uno de los esfuerzos más importantes de la OMS es garantizar que habrá un mínimo de vacunas “para todos los países, incluidos aquellos que cuentan con menos recursos económicos”. Algunas de las compañías farmacéuticas ya han comprometido con la OMS millones de dosis a precio reducido para las zonas más deprimidas.

GSK, por ejemplo, ha asignado el 20% de la producción de la vacuna de su fábrica de Canadá a los países en desarrollo de septiembre en adelante. En este porcentaje está incluida la donación de 50 millones de dosis de la vacuna H1N1 que GSK le ha ofrecido a la OMS. Según la compañía, las gestiones que se están llevando a cabo con los gobiernos de los países en desarrollo pueden llevar a incrementar este porcentaje de la producción.

Basándose en la clasificación de países realizada por el Banco Mundial y al criterio de selección establecido por la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (Global Alliance for Vaccines and Inmunisation- GAVI), se determinará la política de precios de sus vacunas.