Cómo cuidar el corazón en verano

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Según Nieves Tarín, cardióloga de la Fundación Española del Corazón (FEC) “en los meses de más calor, los pacientes con ECV (Enfermedades Cardiovasculares) pueden sufrir alteraciones en su enfermedad”.

El motivo fundamental de esta descompensación radica en las alteraciones de la termorregulación corporal, cuando el organismo pierde calor mediante el sudor y la vasodilatación de los vasos sanguíneos periféricos.

“Cuando la vasodilatación es excesiva -continua la Dra. Tarín- puede producir un descenso de la tensión arterial con episodios de mareos e, incluso, síncopes. Las personas que padecen cardiopatías tienen más probabilidades de sufrir un descenso de la tensión arterial a consecuencia de su enfermedad y de la medicación que deben tomar”. Por ello, es fundamental extremar la precaución durante los meses de verano en aquellos lugares donde se alcancen las cifras máximas.

“Mantener una buena hidratación es una de las medidas preventivas básicas”, recuerda la Dra. Nieves Tarín. “Los refrescos con gas y las bebidas alcohólicas deben evitarse por parte de los pacientes con cardiopatías”, concluye.

CONSEJOS

Mantener una buena hidratación para compensar la pérdida causada por el sudor. Deben prestar especial cuidado las personas que padecen insuficiencia cardiaca, para evitar la retención de líquidos y que no se produzca una descompensación.

Mantener una dieta sana, rica en frutas y verduras, controlando la ingesta de sal, grasas y azúcares. Los excesos dietéticos durante estos meses son una de las principales causas de ingreso hospitalario por descompensación de una cardiopatía.

Realizar el ejercicio físico recomendado, evitando las horas de más calor, aprovechando la primera hora de la mañana y la última de la tarde.

Continuar con la medicación recomendada por el cardiólogo y tratar de que el cambio de rutina y de horario no impida que se realice de forma correcta.

Viajar con el informe médico en el que se especifica el diagnóstico de la enfermedad que padece.

A la hora de viajar, no debe permanecer mucho tiempo inmóvil. Si el viaje es en coche, se recomienda hacer paradas periódicas, sobre todo si se conduce. Para los viajes en avión o en tren, es aconsejable llevar ropa cómoda y caminar de forma periódica para estirar las piernas.

Evitar cambios bruscos de temperatura, ya que pueden provocar alteraciones en las personas con ECV.

Durante las horas centrales del día (entre las 12 y las 16h.) se debe evitar la exposición solar, asimismo, el uso de protección solar debe convertirse en un hábito para toda la población, especialmente para las personas mayores y los niños.

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