Limpio y rápido

Pocos corredores -para lo que suele ser Pamplona estos días- en el primer encierro de San Fermín, seguramente por haber caído en martes. Bastantes contusiones pero no cogidas graves. Preocupa el estado de un mozo que apareció tendido en el albero de la plaza de toros antes de que éstos llegaran. Tuvo que ser arrastrado para que no lo arrollaran.

Por lo demás, el encierro ha sido emocionante pero sin grandes sustos, y ha durado solamente dos minutos y veinte segundos.

Tres personas han sido trasladadas para recibir atención médica, pero ninguno de los tres casos eran graves.

Cinco toros negros y uno colorado formaban la manada, que salió puntual de los corrales de Santo Domingo siguiendo a los cabestros. En Estafeta hubo algunas caídas y emocionantes carreras, y uno de los astados se descolgó del grupo, aunque no se volvió y llegó al final del recorrido pocos segundos por detrás de sus hermanos, gracias al trabajo de los dobladores.