La portada de mañana
Acceder
La alcaldesa de Marbella cancela en Luxemburgo la hipoteca de tres millones
La última entrega de MAR confirma el fraude fiscal de la pareja de Ayuso
Opinión - El problema de los tres gorros. Por Elisa Beni

Ropero: “A los políticos les falta sentido del humor”

Rioja2

0

@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } El semblante serio de Miguel Ángel Ropero ensalza todavía más los golpes de ironía que desprende en cualquier conversación. Luego no se reprime al desplegar su amplia sonrisa y las carcajadas que hagan falta, pero mientras relata, describe y desmenuza cada palabra de cada frase de cada anécdota, mantiene con valentía y arrojo esa apariencia caballeresca. Posee un sentido del humor sutil y despiadado consigo mismo, lo que convierte en un verdadero placer compartir con él tertulia. Por todos es conocido Miguel Ángel Ropero o 'Roper', como dice que le llamaban sus compañeros de actividad política durante 16 años. Asegura que pinta desde que se dio cuenta de que en los libros había huecos en blanco y a sus 68 años la editorial 'Tragaluz' ha publicado su primera novela: 'No bebáis agua de pozo'. La presenta hoy en el Ateneo a las 20 horas.

Explíquenos un poco el argumento novela.

Explicar el argumento sería editorialmente suicida. Lo que sí puedo explicar es cómo surgió la idea. Como toda obra de arte, una chispa va cogiendo forma en la cabeza y en la sensibilidad de cada uno. Al final acaba siendo una sinfonía, un cuento, un cuadro... En este caso fue esa fascinación que siempre me ha producido que el Ejército sea, de todos los servicios del Estado, el único que tiene clubs semi-privados exclusivos y excluyentes utilizando espacios y fondos públicos. En unos sitios se llaman clubs ecuestres, en otros hípicas militares... Eso queda entendible en el franquismo, pero después de 30 años de democracia esas sociedades hípicas militares siguen estando ahí y eso es publicable. Luego cuando pones situaciones y personajes a navegar, hay un momento en que tienes que espabilarte para seguirles porque ellos cogen vida propia. Fue una aventura preciosa.

La historia se desarrolla en una ciudad o región ficticia.

Sí. Es extrapolable a cualquier ciudad de España en el que haya este tipo de lugares de encuentro entre militares y sociedades bienpensantes. Me he cuidado mucho de que tenga ese tono de ubicuidad ambigua porque, entre otras cosas, el cupo de enemigos que tengo aquí lo tengo bastante consolidado y porque la caja registradora de un novelista se hace más amplia cuanto más se desarraiga de un lugar concreto.

¿Dónde podríamos ubicar la novela? ¿Negra, costumbrista?

Yo la defino como un thriller mesetario. El costumbrismo, yo he cubierto el cupo con mi periodo de gestión pública. No tengo necesidad de profundizar en ello. El costumbrismo en la literatura no me interesa más que la música, la arquitectura o la astronomía.

Entonces hay un muerto.

Sí. Hay muerto. Un thriller que se precie no puede vivir sin muertos. Hay un misterio, una trama y una sorpresita final. También hay unos personajes que recorren la escala que debe recoger cualquier buen thriller: desde los medio-buenos hasta los malos absolutos.

Se ha inspirado en alguien para el malo malísimo.

No. Hay arquetipos en la historia anterior que están en la memoria de uno con suficiente indefinición en sus rostros por el tiempo transcurrido como para haberlos cogido como referentes y luego reinventar el personaje totalmente. No hay ningún intento de ensañamiento, ni nombre propio.

Siendo pintor ¿por qué no ha hecho la ilustración de la portada?

La ha hecho Mamen Urquía y estoy encantadísimo. Tanto como pintor, como escritor soy tendente al barroquismo. La línea tan expresiva que ha conseguido Mamen a mí me parece un prodigio, un hallazgo.

¿Desde el principio tenía pensado que lo hiciera otra persona?

No. Fue una sugerencia de Fernando, el editor. A mí desde el primer momento me pareció bien. No me apetecía hacer esa especie de remate ególatra de ser ilustrador de mi propia novela y me divertía ver cómo la novela era vista por otra persona. Mamen leyó el libro antes de hacer la ilustración y creo que lo captó y supo expresar muy sintéticamente el alma del libro.

Si usted hubiera hecho la ilustración ¿cómo hubiera sido?

Yo hubiera sido mucho más barroco. Hubiera ido a elementos narrativos: el pozo, el muerto, el asesino. Inevitablemente hubiera sido más evidente y el resultado hubiera sido peor, sin duda alguna.

Política, pintura y ahora ¿cómo le ha dado por la literatura?

Mi actitud ante las diferentes manifestaciones artísticas no varía. Yo cuando pinto un cuadro cuento una historia. Si cambio el soporte, el vehículo y utilizo el ordenador, no por eso voy a cambiar mi actitud. En literatura, el excipiente que utilizo es negro sobre blanco. Más a mi favor para contar historias.

Pero tiene 68 años y es su primera novela.

Ya sé que estas pensando que es una edad un poco precoz para iniciar una carrera literaria pero, oye, a instancias de mi editor que se puso canso con que había que publicar la novela, me aguanté las ganas de esperar.

¿Qué le falta por hacer? ¿Ha plantado algún árbol?

Planté bastantes árboles en un jardín que tengo en una casa de Santa Lucía de Ocón: acacias, pinos, pomares, laureles... He tenido tres hijos y en este momento tengo tres nietos, pero para tranquilidad de aquellos que puedan tener algún fallo de autoestima por aquello que de que hay que cumplir las tres cosas, tengo que decir que esos finales de etapa que definen una vida cumplida no tiene nada que ver con haber hecho estos rituales. Es más, si alguno tiene a bien no cumplirlos, me parece de perlas.

Por sus inquietudes, por su versatilidad ¿podríamos decir que es usted un culo de mal asiento?

Sí. Está bien eso. Ser un culo de buen asiento tiene que ser muy aburrido. Ja, ja, ja...

Ostenta el record del diputado que ha estado menos tiempo en su asiento del Parlamento de La Rioja, seis días.

Al conformar listas electorales decidieron que el 'Roper' tenía que estar en esa lista, pero yo era consejero de Cultura. Por una cuestión de estilo, el que venga detrás te lo agradecerá. Mal hecho porque es un coñazo. Presenté mi dimisión porque iba a seguir siendo consejero de Cultura, porque ser culo de mal asiento está bien, pero con un mismo culo ir tapando muchos asientos eso políticamente está feo.

¿Sigue vinculado a la política?

No. Pago mi cuota de partido porque después de haber estado tantos años en el escaparate, la desconexión de la política hasta el punto cicatero de no pagar la cuota del partido con el que fuiste alguien pues está feo. Entonces pago la cuota y mantengo amistades con tres o cuatro.

¿Echa de menos algo de la política?

Sinceramente no. Bueno echo de menos anécdotas divertidas. Hay un referente de cercanía que me hace reafirmarme en no echar de menos nada y es que tal y como se juega en este momento en la política me parece, como las fincas de explotación extremeñas, manifiestamente mejorable.

¿Qué ha cambiado?

Ha ido in crescendo un fenómeno de profesionalización progresiva del político de encariñamiento con la poltrona y de enfurruñamiento con el que tiene en la línea del horizonte que le puede quitar la poltrona. Ideologías pocas. Intereses y ganas de resolverse la vida de la forma más rentable posible y, por tanto, no darle la facilidad al rival, incluso conculcando las normas más básicas de educación, muchas.

¿Qué está podrido en la política?

Yo creo que la política está menos podrida de lo que se dice. La naturaleza humana hace que todos tengamos un precio. Lo que sí hace que la política tenga una imagen absolutamente lamentable y la idea de la pudrición esté muy cerca es esa hostilidad desmesurada, las ganas de afianzarse en la poltrona. Como no ha habido ningún episodio de que eso vaya para atrás, sino cada vez va más hacia delante y se hace más violenta, se va a acabar cuando aparezca el espíritu santo y todos vuelvan a ser buenos chicos con sus rivales políticos o va a acabar en un general con sable que nos ponga otra vez a hacer instrucción a todo el país.

¿Qué le falta a los políticos para hacer política?

Yo diría que sentido del humor para coger distancia y relativizar. También les falta el sentido de que lo público está por encima de las vanidades y los propios intereses personales.

¿Qué le parece la relación que hay entre los medios de comunicación y los políticos?

Creo que los medios de comunicación hacen, generalmente, el trabajo de mantener la distancia crítica pero creo que hay un tema preocupante. Los Consejos de Administración de los medios de comunicación son los que determinan muchas veces el verdadero protagonista del periodismo, que va en contra de la libertad de expresión de cualquier democracia.

¿Le han coartado la libertad de expresión alguna vez ejerciendo la política?

Me las he arreglado para no ser víctima de la censura, no quiere decir que no lo hayan intentado. Tuve la suerte de estar adscrito a la gestión cultural. Los gestores del partido, si no conocían demasiado el territorio, me dejaban libertad de movimiento que otros gestores no tenían: sanidad, trabajo, servicios sociales, que tenían encima la lupa del presidente del Gobierno. El tema de la cultura era más marginal. Esto es un striptease, no una entrevista. Ja, ja, ja...

Etiquetas
stats