Restauración de la antigua sacristía de la iglesia de San Bartolomé

El Ayuntamiento de Logroño ha aportado para este fin 45.000 euros a la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, cantidad que se recoge en un convenio firmado por el alcalde, Tomás Santos, y el delegado diocesano de Patrimonio Cultural, Alberto González de Castejón.

El concejal de Casco Antiguo y Patrimonio, Ángel Varea, y el delegado del Patrimonio han aportado datos sobre el convenio relativo a la restauración de los templos sitos en el Casco Antiguo de Logroño, en este caso relativo al proyecto de la antigua sacristía de la iglesia de San Bartolomé.

SANTIAGO, PALACIO Y AHORA SAN BARTOLOMÉ

El Ayuntamiento de Logroño subvencionará los costes de las intervenciones, mantenimiento de elementos arquitectónicos y ornamentales de interés histórico y artístico hasta la cantidad máxima de 45.000 euros, siendo la encargada de pagar al I.V.A de las obras la iglesia de San Bartolomé.

Según ha indicado Ángel Varea se trata del tercer convenio que firma el Ayuntamiento de Logroño con la Diócesis de Calahorra y La Calzada de Logroño, ya que en primer lugar fue la parroquia de Santiago el Real y las vidrieras de la iglesia Santa María de Palacio de Logroño.Varea apuesta por la continuidad del convenio entre ambas instituciones

por las considerables mejoras en el patrimonio y la recuperación del Casco Antiguo de Logroño, asegura que el proceso es “lento” pero “importante”. Además ha hecho referencia a la intención del Consistorio de rehabilitar la esquina con galerías junto a la iglesia para recuperar la plaza de San Bartolomé en su totalidad. Por su parte el delegado del Patrimonio Cultural de la Diócesis y rector de la parroquia de San Bartolomé, Alberto González de Castejón, en vistas de arreglar el edificio adyacente en donde se encuentra la sacristía actual, ha destacado la intención de instalar una puerta para que la sacristía pueda ser visitada.

“UN RECINTO PEQUEÑO PERO MUY BONITO”

El responsable del equipo redactor del proyecto, Iñaqui Gómez, ha destacado que es un recinto que en planta no supera los 16 metros cuadrados pero que es muy atractivo al estar realizada en piedra elaborada, arcosolio, una bóveda de crucería con unos desvíos que arrancan en unas ménsulas con perfil estrellado.

Como curiosidad, ha detallado el arquitecto, en el rastreo histórico hay fuentes documentales que ni siquiera señalan la antigua sacristía sino que la percibían como un pequeño almacén adosado a la iglesia. Algunas fuentes lo relacionan con la Capilla de los Marquéz,a los pies de la iglesia, pero otras fuentes dan a entender que fue una primera primitiva sacristía, con la posibilidad de que hubiera otra también al sur así como un claustro en lo que ahora es la plaza.

En la restauración se van a suprimir las fuentes de los daños e intervenir en la cubierta, así como sanear la fachada. En el interior se recuperará el recinto en su uso de sacristía con nueva iluminación, fontanería y saneamiento para rescatar todo el valor arqueológico.

“Es importante, ha señalado Iñaqui Gómez, proseguir con temas de iluminación, calefacción y la recuperación de la cabecera del abside que esperemos que sea una realidad en el plazo menor posible”.