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Críticas al discurso de Netanyahu

Rioja2

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El discurso que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunció el pasado domingo sobre la solución de los dos estados con una Palestina desmilitarizada, ha sido tomado de diferentes formas en la comunidad internacional. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea lo han considerado un “paso adelante” en el proceso de paz, mientras que los palestinos, en particular Hamás, y los países árabes consideran que lo que Israel quiere es imponer su solución.

El Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, ha defendido las declaraciones de Netanyahu afirmando es “bueno todo el mundo ahora esté de acuerdo en que es la única solución posible” en referencia a la solución de los dos Estados, pero los dirigentes europeos discrepan en la valoración de los matices del planteamiento del primer ministro hebreo.

En el caso de España, el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha restado importancia a la exigencia del estado palestino desmilitarizado, afirmando que no es una cuestión que preocupe mucho a los palestinos. “Lo importante es que puedan vivir en paz y seguridad, con la comunidad internacional garantizando la seguridad de todas las partes. Ésa es la mejor manera de crear esa esperanza de paz en Oriente Próximo”, recalcó.

Por su parte, el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, ha matizado que “garantizar la paz significa ir más allá de eso, sin imponer condiciones previas a las negociaciones” y abogó por que ambas partes se sienten a negociar las cuestiones del estatus final de Jerusalén y de los refugiados. Así, demandó “la interrupción inmediata de la colonización y la reapertura de la frontera de Gaza”.

Kouchner coincide en cierto modo con el análisis de personalidades como el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, quien afirmó que Netanyahu plantea “obstáculos” a la paz como su insistencia en permitir la ampliación de los asentamientos o su demanda de que los palestinos reconozcan el carácter judío del Estado de Israel. Carter recordó desde Israel que el 20 por ciento de los ciudadanos israelíes no son judíos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado que sigue quedando un “largo camino” para la paz. A su vez, repitió los elogios al que considera el “gran paso adelante” del Gobierno israelí.

En su comparecencia ante los medios al fin de la reunión en la Casa Blanca con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el presidente de Estado Unidos instó de nuevo a Israel a frenar la construcción de asentamientos, tal y como establece la Hoja de Ruta, auspiciada por Estados Unidos, a pesar de que en su discurso del pasado domingo, Netanyahu mostró su interés de continuar con la construcción de asentamientos en los enclaves judíos que existen actualmente.

Reacción árabe

Desde el otro lado, los palestinos arremeten contra una propuesta que no satisface las reivindicaciones de históricas de los palestinos. “La comunidad internacional debería enfrentarse a esta política con la que Netanyahu quiere matar cualquier posibilidad de paz”, ha afirmado uno de los miembros del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Abed Rabbo.

Hamás considera que el discurso de Netanyahu refleja su “racismo” porque “niega a los palestinos cualquier derecho sobre su tierra”. Este rechazo a la propuesta de Netanyahu también ha sido prácticamente unánime entre los países árabes. Gobiernos tan distintos como el egipcio, en paz desde hace décadas con Israel, y Siria, que aún reclama los Altos del Golán a los hebreos, ni siquiera reconocieron cesión alguna. Para el presidente egipcio, Hosni Mubarak, “la petición de reconocer Israel como Estado judío complica las cosas más y desbarata las opciones de paz”.

Siria, por su parte, ha denunciado las similitudes entre el Estado palestino propuesto por Netanyahu y los cantones del régimen secesionistas del Apartheid sudafricano. “Hablan de 'territorio bajo control palestino' que pueden invadir en cualquier momento, ya que no habría ejército [...]. La palabra 'Estado' es un término banal desprovisto de todo significado político o legal”, denuncia en un editorial el diario estatal sirio 'Tishreen'.

Traición al sionismo

Dentro de su país, Netanyahu también ha recibido duras críticas: “ha perdido el liderazgo de los nacionalistas al cruzar los límites de sus promesas electorales (...). Al decir 'un estado palestino desmilitarizado', Netanyahu intenta comerse un cerdo que no es kosher. No hay nada parecido a un estado palestino”, apostilla el diputado Arye Eldad, de la ultranacionalista Unión Nacional. Este sentimiento lo comparten todos los partidos derechistas israelíes, base de la coalición de Gobierno que lidera Netanyahu, que le acusan de traición por las palabras de su discurso.

El Consejo Yesha, una organización sionista, ha anunciado hoy la construcción de nuevos asentamientos en respuesta al discurso de Benjamín Netanyahu. “Esta es la respuesta sionista apropiada al discurso de Netanyahu y de Obama. El objetivo es construir nuevos asentamientos y ampliar los existentes”, anunció el grupo.

Así pues, el tiempo parece haber dado la razón al Kadima de Tzipi Livni y sus propuestas para la resolución del conflicto palestino-israelí. La propia Livni calificó la postura de Netanyahu de “paso en la dirección correcta”, un análisis compartido por el Partido Laborista de Ehud Barak, ministro de Defensa de Netanyahu. Barak cree que esta propuesta permitirá dos años de “intensivos avances hacia un acuerdo político”.

Dentro del propio Likud de Netanyahu, no faltan tampoco las voces críticas contra el discurso del primer ministro. “Por desgracia el primer ministro ha sucumbido a la presión de Obama. Los ciudadanos israelíes no son las cobayas del presidente americano. Ya han sido asesinados bastantes ciudadanos israelíes por nuestras concesiones unilaterales”, lamentó el diputado del Likud Danny Danon.

Hoy mismo Netanyahu defendió su decisión en una reunión con altos cargos del Likud. “Hay unas circunstancias internacionales novedosas que me obligaron, como primer ministro, a tomar la decisión”, declaró en una reunión de ministros y diputados de su partido. “Esta es la política que he elegido”, sentenció.

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