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Greenpeace advierte que podrían desaparecer las playas de la Costa Brava

Rioja2

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Con motivo de sus veinticinco años de existencia, 'Rainbow Warrior', el barco de la ONG Greenpeace, navega por las costas españolas para concienciar a las distintas localidades sobre la necesidad de luchar contra el cambio climático.

En esta ocasión la cita fue en Barcelona, donde la organización ha denunciado los impactos del cambio climático que más afectan a Cataluña, recogidos en el informe 'La crisis del clima. Evidencias del cambio climático en España'.

La ONG ecologista ha solicitado a la Generalidad catalana la adopción urgente de una estrategia energética coherente con la lucha contra el cambio climático, basada en energías renovables, el ahorro y la eficiencia.

''El Delta del Ebro se hunde, la vegetación del Montseny sube de altitud constantemente y el aumento del nivel del mar amenaza con tragase las playas de la Costa Brava, cada vez más plagadas de medusas. Si no frenamos el cambio climático sus efectos pueden ser devastadores no sólo desde el punto de vista ecológico'', ha declarado la responsable de la campaña de cambio climático y energía de la organización, Aida Vila.

En este sentido, la ONG denuncia que este problema también puede tener repercusiones negativas para la economía de España, tal es el caso del turismo de nieve y el sector vinícola.

“La aceleración del proceso de maduración de las uvas está alterando gravemente el equilibrio entre el grado de azúcares y los aromas del vino, empeorando su calidad. No deja de ser paradójico que, mientras uno de los sectores estratégicos de la economía catalana (y española) como el vitivinícola se ve obligado a desplazarse hacia el norte e, incluso, a probar suerte en otros países, el Gobierno español siga pretendiendo combatir el cambio climático a golpe de talonario, comprando derechos de emisión en lugar de buscar soluciones más ajustadas al problema”, ha afirmado Vila.

Greenpeace ha señalado que las comunidades autónomas juegan un papel fundamental en la adopción de los compromisos que se alcancen en la Cumbre del Clima de Copenhague. Por lo que solicita a las autoridades catalanas a que se opongan a cualquier instalación que necesite la quema de combustibles fósiles para la producción energética, y por el contrario apoye la creación de nuevas plantas de energías renovables.

Con respecto a la Cumbre del cambio climático que se celebrará en diciembre en Copenhague, Aida Vila señaló que “los países desarrollados debemos asumir nuestra responsabilidad en la crisis climática y dinamizar las negociaciones internacionales ofreciendo el apoyo financiero que los países en desarrollo necesitan para hacer frente a la deforestación, invertir en energías renovables y combatir los efectos del cambio climático que ya son inevitables”.

La organización ecologista también insta al Gobierno español a que apueste por la reducción interna de emisiones y haga una aportación de 2.700 millones de euros que, según Greenpeace, le corresponde pagar por su responsabilidad en la crisis medioambiental.

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