Los niños ceilandeses preocupan a las agencias humanitarias

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El número de niños malnutridos aumenta peligrosamente en los campamentos de refugiados de Sri Lanka, provocando la preocupación de las agencias de la ONU y diferentes ONG. La agencia de Naciones Unidas IRIN señala que cerca de 300.000 desplazados internos todavía residen en los más de 40 campamentos gubernamentales para la acogida de refugiados. Muchos de ellos son niños.

Aproximadamente el 13% de los desplazados actuales tiene menos de cinco años, de los cuales uno de cada cuatro sufren malnutrición aguda, según datos de IRIN, lo que supone un total de 10.000 niños.

Según un sondeo realizado por el Instituto de Investigación Médica de Colombo el pasado mes de marzo, en seis de los entonces trece campamentos el 22,5 por ciento de niños sufrían malnutrición aguda, de los que el 5,2 por ciento estaban gravemente malnutridos y necesitan rehabilitación inmediata con alimentos y tratamiento terapéuticos. Desde entonces, el número de campamentos y de desplazados se ha disparado, por lo que se cree que las cifras son mayores en la actualidad.

Desde el 20 de abril, al menos 210.000 personas se han desplazado a las zonas controladas por el Gobierno y a los campamentos, huyendo de los enfrentamientos entre el gobierno y los independentistas llamados Tigres de Liberación Tamil. Las operaciones militares se dieron por finalizadas por el gobierno del país el pasado 19 de mayo, pero estro no ha supuesto una mejora notable en la situación de los desplazados.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) está construyendo 21 centros de nutrición en los campamentos y suministró más de 250 toneladas de alimentos para los niños malnutridos. Sin embargo, la organización afirma que las dificultades de acceso impiden que puedan responder a todas las necesidades. Un trabajador humanitario ha declarado desde Colombo: “estamos obviamente preocupados por esto, pero como no tenemos acceso a los campamentos, desconocemos el alcance verdadero del problema”.

Desde el 18 de mayo, el acceso a Menik Farm, el mayor centro para desplazados con más de 220.000 personas, sigue estando restringido, según informa la OCHA. Las restricciones afectan al número de vehículos que pueden entrar a la zona, especialmente a los que transportan personal. Algunos miembros de la ONU han informado que no se les permitió moverse con libertad dentro de los campamentos.

Las restricciones no han afectado a otras organizaciones, como el Programa Mundial de Alimentos (PAM), que ha estado transportando suministros alimentarios a los campamentos. “Los suministros alimentarios no se han visto afectados en ninguna ocasión por las restricciones de acceso”, declaró el director del PAM para el país, Adnan Jan, quien reconoció, sin embargo, que algunos de sus miembros no pudieron acompañar a los vehículos dadas las restricciones que pesan sobre los mismos.

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