Alarmante aumento del número de violaciones en RDC

La represión a los civiles en la República Democrática del Congo (RDC) no para de aumentar. Tanto los miembros de las milicias rebeldes como los soldados del ejército del gobierno congoleño son acusados de violar a mujeres y niñas que se encuentran en los territorios donde desarrollan sus operaciones.

La cifra registrada en el primer trimestre del año es alarmante: 463 mujeres fueron víctimas de violaciones. Un dato que equivale a la mitad del total de los abusos registrados en todo 2008, según un comunicado de la Oficina para Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).

Este organismo de la ONU se ha mostrado preocupado por la situación y ha pedido mayor protección para los civiles residentes en la provincia congoleña de Kivu Sur, donde se han registrado muchos casos de violaciones. Además, esta provincia sufre los violentos enfrentamientos entre las milicias y las tropas del Ejército que han forzado a que sólo en el pasado mes de marzo, 120.000 personas abandonaran sus casas.

Por este motivo, Naciones Unidas ha elaborado una estrategia coordinada de ayuda en la que toman parte la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos o el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La situación de caos y violencia que vive la República Democrática del Congo ya fue denunciada, hace unos días, por la organización de derechos humanos Human Rights Watch. Dicha asociación ha pedido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que condicione el apoyo al ejército de la República Democrática del Congo a la expulsión de conocidos violadores de derechos humanos de su escala de mandos.

“El Ejército congolés es responsable de cometer abusos generalizados y despiadados de su propio pueblo, que suponen crímenes de guerra”, dijo en un comunicado de prensa Anneke Van Woudenberg, investigadora del departamento de África de HRW.

Van Woudenberg señaló que el Gobierno den RDC debe adoptar medidas urgentes para poner fin a estas violaciones y advirtió que cualquier acción militar que tenga como blanco la población que debe proteger, solamente puede conducir al desastre.