El Congreso Estadounidense niega a Obama fondos para cerrar la cárcel de Guantánamo.

Ante la negativa del Congreso de los Estados Unidos de ceder a la Administración Obama los cien millones de dólares (el equivalente a 66 millones de euros) solicitados para reubicar a los presos de Guantánamo en cárceles norteamericanas ordinarias, Barack Obama podría faltar a una de sus promesas electorales.

Los parlamentarios consideran que el Presidente no tiene el plan adecuado para realizar el proyecto, y afirman que lo apoyarán cuando presente una propuesta clara. Muchos parlamentarios creen estar jugándose el escaño de cara a las siguientes elecciones si cualquiera de los presos reubicados en otras cárceles estadounidenses perpetuara algún atentado tras salir del penitenciario situado en Cuba.

Lo que parece más factible de aprobar en el Congreso, es el desplazamiento de los presos a cárceles extranjeras. De esta manera se les perdería la pista ante la opinión pública y se ahorrarían polémicas ante las dificultades para procesar a muchos de estos presos, dadas las irregularidades de su detención o encarcelamiento.

En su última visita a Europa, Barack Obama consiguió que Reino Unido aceptara alojar a un preso, recientemente Francia ha anunciado que hará lo mismo con otro, España y Alemania están debatiendo la cuestión, y el resto de los países europeos no son favorables a reubicar un preso procedente de este penitenciario en sus propias cárceles.

El mayo éxito diplomático al respecto lo ha tenido Obama con Arabia Saudí, que podría hacerse cargo de cerca de cien presos yemeníes de Guantánamo para introducirlos en su programa nacional de rehabilitación de islamistas radicales. Se muestran optimistas pese a que el último ex preso de Guantánamo que fue visto en el país volvió a la violencia terrorista.

La reubicación más problemática va a ser, probablemente, la de presos de perfil más siniestro, como el autoproclamado cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2002 y responsable de la decapitación del corresponsal de Wall Street Journal, Daniel Pearl. Es muy difícil que la Administración Obama consiga que otros países se hagan cargo de presos de estas características.