Cuando el corazón se acelera

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La frecuencia cardiaca es el número de veces que se contrae el corazón durante un minuto (latidos por minuto). Para el correcto funcionamiento del organismo es necesario que el corazón actúe bombeando la sangre hacia todos los órganos, pero además lo debe hacer a una determinada presión arterial y con una determinada frecuencia cardiaca. Dada la importancia de este proceso, es normal que el corazón necesite en cada latido un consumo de energía muy importante.

“En una persona adulta la frecuencia cardiaca normal, cuando el corazón late en reposo, varía entre 60 y 100 veces por minuto”, afirma Julián Pérez-Villacastín, Secretario General de la Fundación Española del Corazón (FEC) y Vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Asimismo, en los niños pequeños la frecuencia cardiaca normal en reposo “es mucho más rápida y se va enlenteciendo a medida que avanza su desarrollo”, señala.

Asimismo, la frecuencia cardiaca alterada puede deberse a que el corazón late demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o que pierda su ritmo normal (arritmia). En general, “las alteraciones del ritmo cardiaco son más frecuentes a medida que aumenta la edad de la población que estudiemos”, apunta el experto. “Hasta los 60-70 años es raro tener problemas del ritmo cardiaco, pero superada esta edad una de cada 10 personas puede tener alguna alteración del ritmo cardiaco”, indica.

De esta manera, “tener una frecuencia cardiaca anormalmente alta es claramente un marcador de problemas cardiovasculares”. No obstante, la sintomatología de un paciente con una frecuencia cardiaca anormal es muy variable y puede oscilar desde “no tener ningún síntoma hasta tener síntomas no sólo derivados de la frecuencia cardíaca elevada sino de la enfermedad cardiaca responsable de la frecuencia cardiaca”, añade.

DURANTE EL EJERCICIO

La respuesta normal del corazón ante la práctica de ejercicio es la taquicardia, para responder a las necesidades del ejercicio. La frecuencia máxima que puede alcanzar el corazón ante un ejercicio máximo depende de la edad y se puede estimar mediante la fórmula: frecuencia cardiaca máxima = 220 – edad.

De esta manera, decimos que “a frecuencia cardiaca máxima es por ejemplo, para una persona de 50 años, de 170 latidos por minuto”, explica el Dr. Pérez – Villacastín.

No obstante, el ejercicio físico regular es una buena alternativa para reducir la frecuencia cardiaca. Se estima que cada 1-2 semanas de entrenamiento aeróbico se puede conseguir una reducción de la frecuencia cardiaca en reposo de 1 latido por minuto.

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